En la antesala del ingreso de la cosecha gruesa de soja, crece el desánimo en el sector para liquidar. El tipo de cambio actual (que esperan sea un poco más competitivo ya que en términos reales se asemeja al valor de $ 350 cercano a las PASO) sumado a un precio internacional del mercado que no seduce y la alta carga impositiva, acorta el margen de algunos productores, sobre todo en aquellos que requieren un uso intensivo de insumos.
“Lo que sí pienso es que puede llegar a incentivar un poco es la cuestión de la brecha, de que les permite redolarizarse a un costo relativamente bajo, ahora con la flexibilización en cuanto al cepo para aquellos que hicieron dólar soja. Entonces, eso puede llegar a atraer algo más de venta, algo de liquidación. Pero solamente mirando el tema de precios, no. No hay ánimos en absoluto. Eso también lo refleja el bajo volumen de compromisos que había de cosecha”, comentó a PERFIL Salvador Vitelli, operador de granos y jefe de research de Romano Group.
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Y agregó: “Se proyecta entre un 5% y un 6% de la producción estimada, apenas con precio, que se va a elevar ahora en estos días que empieza la cosecha y que comienzan a entrar camiones al puerto. Se va a vender sobre el disponible para cancelar principalmente los compromisos financieros adquiridos con anterioridad”.
La cuestion acá es cuánto van a liquidar los sojeros. De acuerdo con el consultor económico Salvador Di Stefano, van a vender lo mínimo posible para pagar compromisos que arrastra el sector de la campaña pasada que hubo seca.
El especialista estima que del total de 48,5 millones de toneladas que el complejo sojero cuenta para abril, mayo y junio, van a vender cerca de 28 millones.
El Gobierno no desconoce la situación del campo, además que necesita el intenso flujo de divisas para acumular reservas. Pero en reiteradas oportunidades tanto el presidente, Javier Milei, como el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, manifestaron que una baja impositiva, y sobre todo de las retenciones al campo y del Impuesto PAÍS recién podrían bajarse o eliminarse el año que viene. Estos impuestos son importantes en un momento donde el Ejecutivo busca superávit fiscal y aún con gastos por eliminar.
Incluso en el oficialismo, tampoco creen en la posibilidad de una devaluación o aceleración del crawling peg (hoy en el 2% mensual), como algunos analistas recomiendan, entre ellos alguien que Milei tiene en su máxima consideración: el exministro Domingo Cavallo.
Marino Cid Aparicio, delegado de la Sociedad Rural Argentina (SRA), comentó a PERFIL que “se tuvieron reuniones explicativas con los funcionarios sobre la situación que atraviesa el campo y se manifestó el descontento del sector”.
Estos encuentros se dieron con parte del equipo económico. Pero la Mesa de Enlace, que aglutina a las entidades gremiales del campo, esta semana lanzó un comunicado y apuntó contra el titular del Banco Central, Santiago Bausili, por la falta de respuestas y acusándolo de que no los recibe.
“Después verán qué medida toman o no. En caso contrario, no se venderá como se espera”, cerró Cid Aparicio.
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Sin embargo, tanto en Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda confían en que el campo liquide, así poder engrosar las arcas del Central y, sumado a un eventual desembolso del FMI cercano a unos US$ 15 mil millones, estar más cerca de poder liberar el cepo.
Pero el campo también desea una baja de retenciones, que en casos de la soja llega al 33%. Ayer, el dirigente agrario Nicolás Pino expresó al respecto: “Hemos llegado a un punto en que la situación no da para más. La presión fiscal es enorme”.
Recientemente se armó otra tensión alrededor del tema impositivo al campo, pero esta vez en la provincia de Buenos Aires con el incremento del Inmobiliario Rural, aunque un estudio de ARBA informó que representa hasta 132 veces menos que las retenciones.
