Fue especialmente a esperarla para tener unos minutos con ella. Pidió una oficina en la Legislatura porteña: la de Presidencia. Entró por el estacionamiento en una de las esquinas del mítico edificio que supo cobijar la Fundación Eva Perón y allí aguardó a que ella termine una actividad en el Salón Dorado.
Jorge Macri se reunió, con total hermetismo, el jueves a la tarde, cerca de las 17, con la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, tras dos semanas donde los seguidores de la hermana del Presidente no apoyaran iniciativas del jefe de Gobierno y mostrarán sus dientes ante el PRO.
Acaso por ello, a sabiendas de que Karina Milei tenía que concurrir a una actividad que organizó su legisladora de máxima confianza, Pilar Ramírez, decidió ir especialmente desde Parque Patricios para encontrarse con ella.
La hermana del Presidente había avisado que estaría participando de la entrega de reconocimientos a un grupo de jóvenes en un programa por el cual estudiantes de la secundaria juegan a ser legisladores.
Tras el acto que organizó Ramírez, y al que concurrieron otros diputados libertarios, la secretaria General de la Presidencia caminó unos 30 metros hasta la oficina que tiene la vicejefa porteña, Clara Muzzio, en el edificio de Perú 160. Allí la esperaba el jefe comunal.
La charla duró, aproximadamente, una hora. Y, según fuentes del PRO y libertarias, hablaron del panorama político general, de su reciente visita a la Casa Rosada – para anunciar con el presidente Javier Milei el traspaso de las 31 líneas de colectivo que obligarán a un desembolso extra de la Ciudad en subsidios– y de la situación política porteña.
En este último punto, de una manera elegante, el jefe de Gobierno planteó que él quería trabajar con todos los integrantes de La Libertad Avanza. En rigor, hoy en la Legislatura hay dos bancadas libertarias: la que responde a Karina y que encabeza Ramírez; y otra facción que lidera Ramiro Marra.
En este marco, hace dos semanas en la última sesión de la Legislatura, Ramírez y los diputados que juegan con ella decidieron no acompañar un proyecto del oficialismo porteño para obtener un préstamo por US$ 75 millones de la Corporación Andina de Fomento para pasos Bajo Nivel en la traza del tren Sarmiento.
El vicepresidente de la “casa”, Matías López (del riñón de Diego Santilli), tuvo que recurrir al PJ y al kirchnerismo, quienes terminaron aprobando la iniciativa. Un hecho inédito desde que Jorge Macri asumió. Pero eso no fue todo: Ramírez tuvo uno de los discursos más duros contra el Ejecutivo porteño donde habló de “prioridades”, de “achicar el gasto del Estado” y de “eficientizarlo”. Incluso dijo que esa ley era “un parche”.
Ante este cuadro de situación, y alertado de que el esquema de mayorías en la Legislatura se venía complicando aceleradamente, Jorge Macri decidió halagar a sus aliados naturales de la UCR, la Coalición Cívica, del socialismo y hasta el bloque de Graciela Ocaña en la última reunión de gabinete ampliado. Pero quedaba un cabo suelto: Karina Milei.
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En este sentido, en la charla reservada el jefe comunal le expresó: “Tenemos que trabajar juntos”. Y recordó que estaba para “acompañar” a la Casa Rosada y el encuadramiento general de la economía.
Karina Milei conoce al jefe de Gobierno de sus años en Vicente López: es vecina de ese municipio desde que Jorge Macri era intendente. Y ya habían interactuado en muchas oportunidades, cada uno en un rol distinto.
El temor más grande del jefe comunal es que LLA no quiera ir a un acuerdo en la Ciudad y arme políticamente por su cuenta para presentar candidatos libertarios sin el PRO.
Ya Ramírez viene juntando afiliados y hasta busca unificar a todas las juventudes libertarias detrás del “jefe”. A eso se sumarán varias acciones que comenzarán a verse en los próximos días con la idea de fortalecer el sello partidario.
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El Código Urbano y el Presupuesto, en agenda
Mientras Jorge Macri intenta meterse, de a poco, de lleno en mimar a los aliados, en la Legislatura porteña comienza a generarse un clima de tensión con dos proyectos que prometen álgidos debates: el Presupuesto 2025 y el nuevo Código Urbano que cambia los parámetros para construir de la Ciudad.
En cuanto a la “ley de leyes”, ya la semana pasada el ministro de Hacienda porteño, Gustavo “El Chama” Arengo, había informado al gabinete que este año todos los ministros deberán exponer en la comisión de Presupuesto y Hacienda que conduce Paola Michielotto (PRO) y someterse a las preguntas de los legisladores opositores.
El pánico se adueñó de varios. En particular, las áreas que muestran serias subejecuciones como la de Infraestructura, donde el ministro Pablo Berecitartúa, un ingeniero que supo ser secretario de Asuntos Hídricos nacional y quien llegó de la mano de Mauricio Macri, sigue enseñando edificios históricos por Instagram.
La ronda de ministros seguramente comenzará en octubre y terminará a fines de noviembre con la idea de aprobar el primer Presupuesto de Jorge Macri antes de fin de año.
En lo que refiere al Código Urbano ya en la primera reunión de asesores comenzaron a destripar el proyecto que mandó el Ejecutivo. Mal acostumbrada al Concejo Deliberante de Vicente López, donde los debates eran tendientes a cero, la subsecretaria de Desarrollo Urbano, la jorgemacrista ortodoxa Karina Burijson, ya puso el grito en el cielo en Uspallata.
Burijson fue directora de Planeamiento de Vicente López y desde allí era la interlocutora con las desarrolladoras. Lo saben bien en el edificio Al Río donde La Nación tiene su redacción. Eso sí: el secretario de Desarrollo Urbano, Álvaro García Resta, nadie sabe cuánto tiempo más se quedará en su cargo tras el desembarco de una subalterna de relación directa con el jefe de Gobierno. Dato: García Resta fue larretista.
LT