Este jueves la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, adelantó durante su viaje en Francia que “Argentina podría ser aceptada el 18 de mayo como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, entidad a la que el Gobierno aspira a ingresar para atraer la tan ansiada lluvia de inversiones.
Para el Ejecutivo, la inserción a la entidad forma parte de una estrategia de integración -y promoción- internacional que contemplaba también la Cumbre de la OMC en Argentina y la presidencia del G20 en 2018 junto con el encuentro entre los principales líderes del mundo en Buenos Aires, en noviembre próximo.
Organización. Los 35 países que integran la OCDE representan el 75% de la inversión extranjera directa a nivel global. Juntas concentran el 60% del comercio y del PBI mundial. De esta forma, los Estados que son miembros invierten en países que garanticen reglas claras en el desarrollo de su economía.
Dudas. A pesar de los esfuerzos del Gobierno para ser aceptado en este organismo internacional, hay quienes relativizan los beneficios de la inserción de la Argentina en la OCDE.
Según explica el economista Daniel Artana el ingreso "no aporta ningún beneficio en especial", aunque aclara que "tampoco es negativo. Es pertenecer a un 'club' donde los países que forman parte funcionan bien. La mayoría son países desarrollados".
"La confianza pasa por otro lado", asegura el especialista. "No va a resolver los problemas de la Argentina ni va a traer la lluvia de inversiones. Para eso, es mucho más importante el tratado de Mercosur-Unión Europea. Un ejemplo de esto es que Argentina ha formado parte de grupos de este tipo como el G20 e igualmente ha tenido crisis. Entonces pertenecer a estas organizaciones no es sustituto de buenas políticas económicas", sentención Artana en comunicación telefónica con PERFIL.
Por su parte, Matías Tombolini, economista y miembro de 1País, expone: "Es una noticia muy positiva porque nos pone junto con otros países de la región, que están en la organización de los países desarrollados". "En términos teóricos es jugar en una liga en la que hasta ahora no estábamos jugando", sentencia.
Sin embargo, aclara que "si bien es una buena noticia, no es garantía de éxito ni de buenas inversiones. Es cierto que libera barreras y genera que haya algún incentivo marginal y refuerza la posición de la Argentina en su vuelta al mundo, pero no es garantía de desarrollo económico. No significa que nos den una billetera para gastar", indicó a este medio el actual Presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires.
"El comerciante que vende camisas en Villa Urquiza y el que vende comida rápida en Boedo no van a notar la diferencia en el corto plazo", cerró.