El debate de los candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires dejó cruces y chicanas entre los distintos candidatos. Pero fueron escasas las propuestas políticas. También algunas risas y abrazos conciliadores se vieron este miércoles en el debate que organizó la señal de noticias TN.
La primera en golpear fue la candidata del oficialismo porteño María Eugenia Vidal cuando pidió la renuncia del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. "Quiero proponerles que acompañemos la propuesta de que el Presidente le pida la renuncia a Aníbal Fernández, porque lo que pasó fue inaceptable, cruzó un límite", señaló.
Rápido contraatacó el candidato del Frente de Todos Leandro Santoro. Recordó que "hay un error en la conducción política de la fuerza", y destacó que "en términos de los recursos materiales, la Ciudad donó 5 patrulleros a 3 municipios de la Provincia para hacer campaña".
Un capítulo aparte fueron los cruces entre la candidata del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, y el libertario Javier Milei. “La Rusa” estalló cuando el economista enumeraba las falacias que, según él, ella decía. “Pero me vive interrumpiendo y no puedo terminar nunca”, reprochó la legisladora porteña. Y Milei contestó: “Que deje de decir falacias. Si vos las seguís diciendo”. Por su parte, el co-conductor, Marcelo Bonelli, levantaba la mano y decía: “Basta Milei”, como una maestra de la escuela primaria que reta a sus alumnos.
La tensión entre estos dos candidatos estuvo presente de principio a fin. En un momento la agresión y la interrupción llegó a un nivel en el que Bregman decidió no seguir con su exposición. “¿A vos te parece que se puede seguir después de esto?”, le preguntó la candidata de Izquierda a los conductores. Segundos antes, el economista ultraliberal había dicho que “Rodríguez Larreta es bolchevique”.
La previa
Cinco minutos antes del comienzo del debate llegó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Lo hizo con el segundo candidato de la lista Martín Tetaz. Se sentaron al lado de Federico Salvai, hombre de confianza de Vidal y de Fernando Straface, uno de los jefes de la campaña.
En la previa al encuentro el clima fue bastante ameno entre los equipos de los candidatos. Se distinguió el afectuoso abrazo entre Fernán Quirós y Alejandro Amor, candidato a legislador por el Frente de Todos. Durante los momentos más duros de la pandemia trabajó desde la Defensoría del Pueblo a la par del ministro. “Se tienen mucho cariño desde lo profesional. Se acompañaron mucho”, explicaron a PERFIL desde el entorno.
Desde el Frente de Todos señalaron que al principio no les dejaban ingresar a todas las personas que tenían anotadas en la lista. Estaban convencidos que era por dos figuras que podían “incomodar” al jefe de Gobierno porteño. Una era Rosita Vardush, la madre de Arshak Karhanyan, el policía de la Ciudad que desapareció en febrero de 2019. Cuando se debatió por el tema seguridad, Santoro la nombró y María Eugenia Vidal reconoció que era la “primera vez” que veía a la mamá de Arshak. “Lamento su dolor y rechazo que la haya utilizado políticamente para un debate”.
Otro era Christian Acosta, licenciado en enfermería del Hospital Ramos Mejía y miembro del sindicato de Enfermería y la asociación de Enfermería de la Ciudad. Fue al debate con su uniforme de trabajo y cada vez que la cámara lo apuntaba levantaba su pañuelo blanco que decía: “Enfermería hizo, hace y seguirá haciendo historia. Los enfermeros somos profesionales”. “Es obvio que nos hacen quilombo para entrar porque tienen miedo que le demos un disgusto a Larreta”, comentó una fuente del comando de campaña del Frente de Todos.
El banquito de asesores
Los candidatos podían hacer ingresar hasta diez personas al estudio, y solo unos pocos podían acercarse en los cortes al atril de los candidatos para aconsejarlos durante el debate. Por Leandro Santoro lo hacía su jefe de prensa, Ruben Cots, y sus principales asesores Alejandro Grillo y Nicolás Otero. En la butaca se quedó el jefe de campaña, Mariano Recalde.
María Eugenia Vidal llegó acompañada por su pareja Enrique “Quique” Sacco. Y a la par estaba la científica Sandra Pitta que compitió en la interna con Ricardo López Murphy. Lo curioso fue que no hubo lugar para Pitta en el camarín que tenía Vidal. Estuvo todo el tiempo afuera, parada en la puerta sin que nadie la invitara a pasar. En cambio, sí entró Julia Pomares, una de las asesoras de máxima confianza de Vidal, su ex jefe de Gabinete, Federico Salvai, y el hombre de confianza de Rodríguez Larreta, Fernando Straface.
Los primeros en llegar al atril de su candidato en cada corte eran los asesores de Milei. No querían perder el tiempo. Así, se apuraban para levantarse de sus butacas y caminar rápido Ramiro Marra, Karina Milei (hermana del candidato) y Bertie Benegas lynch. En las butacas también lo acompañaban Nicolás Emma, candidato a diputado nacional y Lucía Montenegro, postulante a legisladora.
No hubo lugar para Pitta en el camarín que tenía Vidal. Estuvo todo el tiempo afuera, parada en la puerta sin que nadie la invitara a pasar
El público estaba dividido en tres partes con separadores de plásticos que, lejos de ser parte de un protocolo anti Covid, fueron útiles para separar a los allegados de los libertarios de los de la Izquierda. Paradójicamente los seguidores de Bregman estaban en la ala derecha y los de Milei en la izquierda. “Fachos, no saben discutir, Escuchen un poco”, gritaban unos. “Dejen hablar, así no se puede”, contestaban otros. Esto fue cerca del cierre. Unos minutos después, la “Rusa” les esquivó el saludo de puño a Milei cuando terminó el debate y le dejó la mano en el aire.
A la candidata de la Izquierda la acompañaban los dirigentes Christian Castillo, Andrea D 'Atri (Fundadora de Pan y Rosas), Guillo Pitonesi (apoderado del Frente de Izquierda) y el ex legislador Patricio del Corro, entre otros. En el medio quedaron los de María Eugenia Vidal que se quedaron con las butacas de abajo y los de Santoro con las de arriba.
AR / ED