POLITICA
los ecos del intento de magnicidio

Debate en Juntos por el Cambio sobre las “contradicciones” del discurso kirchnerista

Un sector de la UCR quiere participar de una sesión especial en el Congreso por el del ataque a CFK. En el PRO tomaron la decisión de no ser parte de una movida oficialista y denunciarán que se tratará de “un show”. Lo acordaron en un Zoom a última hora de ayer. Saldrán a pedir que actúe la Justicia. Los planteos de Bullrich y Carrió en redes sociales y el debate que se viene al interior de la principal fuerza opositora ante el caso de la vice.

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Unión y discusión. Larreta pidió no ser funcionales al kirchnerismo. El PRO no va a sumarse a la UCR en una sesión en Diputados. | cedoc

¿Cómo plantarse ante un intento de atentado contra la vicepresidenta cuando el oficialismo culpó a la oposición, a los medios y a la Justicia? El dilema recorrió, desde el jueves a la noche, todas las charlas de los principales dirigentes de Juntos por el Cambio.

Las principales figuras opositoras hablan por estas horas de una “contradicción” flagrante dentro del oficialismo: llaman a la “paz” pero, a la vez, acusan a la oposición de difundir “discurso de odio” que fomentarían ataques como el que sufrió Cristina Kirchner.

De eso se habló en un Zoom del PRO que se dio a última hora de ayer. De allí salió la decisión de no concurrir a la sesión que planteó el Frente de Todos en el Congreso. Se planteó en el Zoom que es parte de “un show” del kirchnerismo. “Lo único importante ahora es que la Justicia nos diga si hubo organización, si es un loco suelto, por qué fallaron la custodia y los cordones de la Federal, pero bajo ningún punto de vista tiene que ver con un show vinculado a un feriado, una sesión con contenido político”, apuntó un dirigente del PRO.

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Otra idea que emanó de allí es no ser funcional a la radicalización oficialista.

Por su lado, un sector de la UCR cree que hay que subirse a la sesión. ¿Avalarán un documento contra la Justicia, la oposición y los medios?

En ese marco uno de los que salió al cruce de los presuntos “discurso del odio” de la oposición fue el vicepresidente del PRO, el diputado Federico Angelini, quien armó un video para redes sociales donde se puede observar a Luis D´Elia pidiendo matar a Mauricio Macri y Hebe de Bonafini pidiendo usar las pistolas Taser contra la familia del ex presidente y la de María Eugenia Vidal.

Fue una de las respuestas oficiales a un Tweet del ministro del Interior, Wado de Pedro, quien aseguró que el ataque no fue producto “de un loco suelto ni un hecho aislado sino tres toneladas de editoriales en diarios, televisión y radios dándole lugar a los discursos violentos”.

Lo cierto es que apenas conocido el intento de magnicidio contra la vicepresidenta, las principales figuras de JxC fueron multiplicándose en salir a repudiar el hecho. El primero fue el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, pero rápidamente se sumaron el gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el expresidente, Mauricio Macri, entre otros, con un total repudio.

La única integrante del frente que no repudió el hecho fue Patricia Bullrich mientras que Elisa Carrió solo dejó una frase. La referente de la Coalición Cívica llamó a la “no violencia” y la titular del PRO criticó al presidente Alberto Fernández por decretar un feriado nacional. Por su lado, Morales, Larreta y Macri, por caso, decidieron salir sin una interconsulta con la mesa nacional. Lo mismo también hizo, por caso, María Eugenia Vidal.

Ayer al cierre de esta edición en no había acuerdo sobre qué hacer en el Congreso.

Hoy por la mañana se reunirá el interbloque opositor para decidir qué harán.

 

Los porteños de JxC en Recoleta

A partir del mediodía, cuando la marcha a Plaza de Mayo comenzaba a crecer, el larretismo decidió convocar a sus aliados para evaluar la coyuntura.

Es que en la Ciudad hubo mejor sintonía que a nivel nacional. El vicejefe de Gobierno porteño, Emmanuel Ferrario, llamó a toda la mesa porteña de JxC a una cumbre en el Centro Cultura Recoleta por la tarde de ayer para coordinar acciones. Hasta allí fueron legisladores, funcionarios y dirigentes de los partidos que componen el oficialismo porteño.

Con cuidado sobre las declaraciones públicas, los aliados a Larreta intentar sumarse a los paños fríos que había solicitado el jefe de Gobierno más temprano a su gabinete para que no haya desmanes en las calles de la Ciudad ante la masiva movilización en apoyo a la vicepresidenta.

 

Larreta pidió “silencio” y Macri vuelve a viajar al exterior

Mauricio Macri decidió no “halconizar” más aún su discurso. El episodio contra Cristina Kirchner lo encontró siendo uno de los primeros en repudiar el ataque, a diferencia de la titular del PRO, Patricia Bullrich.

Por el contrario, con prudencia, el ex presidente siguió la marcha y sugirió que no era momento de confrontar abiertamente con el Frente de Todos.

Según publicó Clarín, Macri tiene pensado viajar en las próximas horas a Ruanda para actividades vinculada a su rol como presidente de la Fundación FIFA, a menos de tres meses del inicio del Mundial.

Por su lado, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, le pidió específicamente a su gabinete que no haya declaraciones altisonantes. El jefe comunal temía algún episodio de violencia en la masiva marcha a Plaza de Mayo que organizaron sindicatos, intendentes, el Gobierno provincial con Axel Kicillof a la cabeza y ministros del Gobierno nacional.

En ese marco Larreta solicitó hacer “silencio” para no motivar ningún desmán. De hecho, su ministro de Seguridad, Marcelo D´Alessandro, siguió minuto a minuto lo que ocurría en el centro porteño con la movilización y fue informándole al jefe comunal de todo lo que allí ocurría con el operativo.

Entre sus asesores tuvo un momento de desahogo: tras el caos político generado por el tema del vallado frente a la casa de Cristina Kirchner, el oficialismo comenzó a hablar de “paz social”, algo que viene repitiendo a viva voz, y también entre los suyos, el jefe de Gobierno.

De hecho, usó esa palabra cuando salió rápidamente a repudiar el ataque a Cristina Kirchner. Una suerte de reivindicación encubierta a su histórico discurso “anti grieta”.

Paralelamente, observó el debate que se dio en el kirchnerismo por el rol de la custodia de la vicepresidenta a cargo del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

Hoy la Policía de la Ciudad tiene en sus manos la custodia de Elisa Carrió y varias diputadas nacionales de la Coalición Cívica, así como  de jueces y fiscales que solicitaron que sea esa fuerza la que esté detrás de sus figuras.