A los que visitan casi a diario las oficinas de Puerto Madero en las que hacen base Alberto Fernández y sus dirigentes de máxima confianza, se sumaron en los últimos días distintos dirigentes que llegan por pedido del presidente electo para terminar de delinear el gabinete que el 10 de diciembre asumirá junto a él.
Gustavo Béliz ocupa gran parte del tiempo de Fernández con los cambios en el organigrama. No solo habrá secretarías que pasarán a ser ministerios, sino que Fernández pidió también crear nuevas áreas (sobre todo algunas que respondan directamente a Presidencia) y desdoblar otras. Esta semana, el ex ministro de Justicia llegó a verlo con varias carpetas en la mano.
Daniel Arroyo, el único futuro funcionario que Fernández dio por “casi” seguro, llega no sólo para reunirse con el ex jefe de Gabinete, sino también con Santiago Cafiero. Victoria Tolosa Paz, quien podría acompañarlo en el Ministerio de Desarrollo Social, llega casi al mismo tiempo.
Entre los dirigentes más cercanos que pasaron por la calle Encarnación Ezcurra al 365 también se encuentran Leandro Santoro y Fernando “Chino” Navarro. Pero también sorprenden figuras como Jorge Landau, histórico apoderado del PJ, que son llamadas de urgencia.
Los gobernadores también pasaron por estas oficinas en las últimas horas. Todos aportaron al triunfo de Fernández y tienen nombres para proponer. Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan), Omar Perotti (Santa Fe), y Gerardo Zamora (Santiago del Estero) son algunos de ellos.
Al salir, mantienen el hermetismo sobre los nombres del futuro gabinete. Saben que Fernández predica la frase que repetía Néstor Kirchner cuando le preguntaban sobre sus futuros funcionarios. “El que suena, suena”, decía el ex presidente. Por eso, aunque tengan la confirmación del propio presidente electo, nadie se anima a admitir que fue convocado para asumir el 10 de diciembre. Los gobernadores reservan los nombres y lugares por los que piden. Muchos de ellos tienen que ver con secretarías y direcciones para personas de confianza.
Al igual que Kirchner, Fernández pretende mantener un vínculo directo con los intendentes del conurbano. Por sus oficinas pasó esta semana Gabriel Katopodis, el representante de los jefes distritales que saltará al Ejecutivo. Pero también estuvieron Juan Zabaleta (Hurlingham) y Leonardo Nardini. Mientras esperan el llamado del gobernador electo, Axel Kicillof, para discutir su gabinete, los intendentes se sientan en las oficinas no solo para hablar de nombres, sino que quieren ser los protagonistas de las primeras medidas que le den alivio a Fernández como lo será el Plan Navidad, para contener en diciembre a los sectores más castigados. Mientras define los últimos nombres, también se ocupa de que los movimientos sociales no alteren la calle. Por eso, el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, dejó por un rato el conurbano para llegar al piso séptimo del edificio de Puerto Madero.
Quien también pisó el martes las oficinas del Frente de Todos fue Marco Lavagna. El diputado deja su banca en diciembre y Fernández está dispuesto a darle un lugar en el gabinete. En las conversaciones el nombre del ex candidato a presidente está presente. Si hay algo que el presidente electo no esconde es que quiere a Roberto Lavagna en el gabinete.