Luis Perrini asumió al frente de la Secretaría de Transporte en reemplazo de Franco Mogetta con un desafío mayúsculo: tratar de que su gestión no empiece con un paro de colectivos dictado por la Unión Tranviaria Automotor (UTA). El gremio que conduce Roberto Fernández confirmó una huelga para el 6 de mayo en reclamo paritario, tras el vencimiento de la conciliación obligatoria.
En el Gobierno, pese a que el escenario es complejo ante la falta de entendimiento entre las cámaras empresarias y los trabajadores por los porcentajes de aumento salarial, confían en que en la próxima audiencia de conciliación las partes acerquen posiciones. Y la huelga, de esta manera, quedaría desactivada. La fe que tiene el oficialismo es producto de la posición “dialoguista” que tiene el sindicato ante los conflictos: siempre intenta negociar hasta la última instancia. Su líder, Fernández, un hombre que responde a Barrionuevo, mantiene vínculos aceitados con Julio Cordero, ex-Techint y actual secretario de Trabajo de la Nación.
Existe otro dato que envalentona a la administración libertaria en su deseo de que exista un pacto con los ejecutivos: sin entendimiento con la CGT, la UTA decidió no adherir al paro general que convocó la central obrera el pasado 10 de abril, lo que sirvió para que la medida pierda potencia. La decisión del gremio sirvió para que los popes sindicales de la calle Azopardo salgan en fila a recargar cuestionamientos contra Fernández.
En relación con la actividad de protesta, en principio se llevará a cabo el martes 6 de mayo por 24 horas y afectará a 300 líneas de corta y media distancia que circulan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El motivo es en reclamo de aumento de remuneraciones. La UTA expresó que los empresarios ofrecieron “para los meses de febrero, marzo, abril, mayo y junio un incremento remunerativo de menos del 6%, a pagarse a partir del mes de junio”.
La oferta no fue aceptada. A su vez, calificó como una “falta de respeto” la propuesta de sumas no remunerativas de $ 40 mil para el 26 de mayo, $ 50 mil para el 16 de junio y $ 70 mil para el 15 de julio.
El gremio solo ofreció una negativa pero está abierto a escuchar una propuesta superadora. Perrini por lo pronto intentará, y cree que será posible, que las conversaciones lleguen a buen puerto.
El desembarco del nuevo funcionario implicará un cambio en un área muy sensible, que viene de una profunda revisión realizada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.
En el Gobierno aseguran que la salida de Mogetta fue definida por la fragilidad del vinculo con el cordobesismo y también por las dificultades que tuvo para encaminar el vínculo con el gremio de los colectiveros.
Además del tironeo salarial, está la puja por la redistribución de los subsidios pùblicos al transporte automotor.