La Justicia podría incautar a Lázaro Báez bienes por al menos US$ 120 millones. Es el cálculo preliminar que PERFIL pudo hacer en estos últimos tres días sobre la base de los bienes denunciados en el expediente judicial que lleva adelante el juez Sebastián Casanello. Es una cifra tímida, si se tienen en cuenta los resultados de los últimos allanamientos llevados a cabo en la semana y la aparición de nuevas posesiones de la familia del zar de la obra pública.
Luego de que Casanello detuviera a Báez por presunto lavado de dinero, la caída del empresario y socio de la familia Kirchner abrió las puertas para que su imperio regrese al lugar de donde vino: el Estado.
El fiscal Guillermo Marijuan (quien ayer dijo que también sobre Cristina “tiene que dirigirse algún tipo de pesquisa”) llegó a Santa Cruz con un mapa de las posibles estancias de Báez. Llevaba la ubicación de alrededor de 427 mil hectáreas ubicadas en distintas zonas. El valor total de esas tierras sumaría al menos US$ 85,5 millones. Pero el fiscal dijo que podría haber más.
Además, en el expediente hay registros de 1.338 vehículos. Según los datos que aportó la Coalición Cívica, la flota está valuada en $ 525 millones, casi US$ 36 millones.
Así, sólo entre estancias y vehículos, los bienes que el Estado podría recuperar superan los US$ 120 millones.
El cálculo se queda corto. La Justicia de Uruguay busca recuperar el campo El Entrevero, cercano a Maldonado, valuado en US$ 14,5 millones, pero quiere que sea incautado por su país y no por la Argentina. La Justicia en Suiza liberó unos 15 millones de euros en 2014, que permanecían en una de las cuentas de la familia en ese país. La Justicia argentina deberá determinar qué hicieron los Báez con esos fondos.
Rurales. El valor de las tierras en Santa Cruz depende de la cercanía con la cordillera, los espejos de agua y la capacidad de cría de ganado. Así lo explicaron distintos tasadores. Según la Compañía Argentina de Tierras, la hectárea puede valer de US$ 5 a US$ 450. Una parte de las estancias de Báez están ubicadas en la “zona 8”, en el suroeste de Santa Cruz, donde la tierra es fértil, tiene acceso al agua y es apta para criar ovejas.
A un promedio de US$ 200 la hectárea, y sólo teniendo en cuenta las estancias que se le adjudicaban antes de los allanamientos, Báez tiene tierras que valen al menos US$ 85,5 millones. Esta suma no incluye las 62 propiedades que Báez y su hijo Martín tienen desparramadas por Río Gallegos, El Calafate y la Ciudad de Buenos Aires. Casanello ya ordenó una tasación para proceder con el embargo. Los peritos tienen seis meses para determinar cuánto dinero podría expropiar el Estado.
La causa Báez puede transformarse en un caso testigo. Los acusados de corrupción presos y sus bienes incautados. Para que el destino final sea el decomiso y el remate, y así los fondos sean recuperados, Báez debe atravesar un juicio oral y ser sentenciado. Mientras tanto, el juez estudia cómo extirparlos del alcance de la familia Báez y de los socios de los empresarios. Para eso, analiza darles un uso social, como informó Infobae el jueves.
Si se suman los patrimonios que Lázaro y Martín Báez presentaron ante la AFIP entre 2008 y 2013, al menos hasta ese año, sus fortunas no alcanzan los $ 100 millones, una cifra muy lejana a los US$ 120 millones que en un cálculo tímido y superficial realizó este medio. Sus declaraciones juradas están en el expediente del caso Hotesur.
Lujo en El Calafate
El raid de allanamientos de propiedades de Lázaro Báez siguió ayer con la visita a una lujosa casa que el empresario construyó en la localidad de El Calafate. Según dejaron trascender los investigadores, el lujo era la característica principal de un inmueble que estaba prácticamente sin uso. Entre las cosas que llamaron la atención se destacaba una cancha de fútbol con pasto natural, otra de paddle cubierta y con tribunas, una parrilla con persiana eléctrica e incluso un dormitorio principal que tenía dos baños. Los primeros cálculos hablaban de un gasto de entre $ 5 y $ 6 millones en el asfalto de las calles internas.