Los dirigentes del peronismo que ya dan la elección 2023 por perdida son cada vez más. El optimismo de unos pocos oficialistas sobre la salida de la crisis económica y la posibilidad de llegar a los comicios con un escenario mejor al que dejó Mauricio Macri se desvanece frente a una ciudadanía que no ve en sus bolsillos los números que la gestión de Alberto Fernández defiende. A esto se suma la crisis política que atraviesa el Frente de Todos que hace que ninguna noticia positiva sobresalga frente a los cruces permanentes entre sus funcionarios. Y en este escenario asoman tímidamente algunos candidatos a presidente que esperarán al próximo año para saber si finalmente tienen alguna posibilidad e, incluso, si tendrán el aval de Cristina Kirchner.
Algunos quieren ser, pero no harán ningún movimiento hasta saber las intenciones de Cristina Kirchner. Aunque el kirchnerismo redujo su caudal de votos, una competencia interna dentro del Frente de Todos será difícil de ganar si no es con el voto duro que conserva la vicepresidenta. La gran incógnita es si ella está dispuesta a volver a presentarse. No hay dudas de que mantiene la centralidad política y en sus últimas apariciones se mostró como una dirigente en campaña, pero ya demostró que puede dejar la candidatura presidencial a otro.
El dedo para elegir a Alberto Fernández, un dirigente que no siempre fue leal, funcionó como estrategia electoral en 2019, pero no como alianza de gobierno, por lo que será difícil imaginar que el votante vuelva a creer en la bendición de un candidato que la vicepresidenta no considere propio.
Todos contra todos, el oficialismo cada vez más lejos de sostener la “unidad hasta que duela”
¿Si no es CFK? En el sector que lidera la vicepresidenta no sobran dirigentes con posibilidades de llegar a una boleta nacional. Uno de los pocos es Axel Kicillof, pero el gobernador tiene intenciones de ser reelegido en la provincia de Buenos Aires. Llegado el momento, será la ex jefa de Estado la que lo deba convencer. Uno que quiere ser, aunque él mismo admitió que no tiene cualidades para candidatearse y la vicepresidenta apenas tres años atrás aseguraba que hasta “le faltaba” para ser jefe de Gabinete, es Eduardo “Wado” De Pedro. El ministro del Interior se muestra cada vez más dialoguista en momentos en los que Kirchner se endurece. No parece ser un candidato posible de conservar a ese votante duro.
Entre los que no son propios, aparecen el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Ninguno está dispuesto a presentarse sin el aval de Cristina Kirchner, con quien mantienen diálogo permanente. No prevén un escenario en el que deban competir con un postulante del kirchnerismo. El ex embajador ya logró su bendición en 2015, pero terminó perdiendo la elección por la falta de apoyo de ese sector en la campaña. En cambio, el tigrense cree que éste es su turno. Durante estos años asegura haber hecho todo bien para serlo.
El Presidente ya no tendrá el aval de CFK, por lo que habrá que ver si igual compite
Algunos gobernadores se vuelven a anotar en la lista. Jorge Capitanich (Chaco) es uno de los que siempre suena. También el jefe provincial de San Juan, Sergio Uñac, tiene aspiraciones propias. Pero ante la especulación de una candidatura, la pregunta vuelve a ser la misma: ¿están dispuestos a presentarse para competir contra un candidato de la vicepresidenta o pretenden ser el postulante de una lista de unidad?
Esta pregunta es válida también para el Presidente. Alberto Fernández ya anunció que quiere ir por la reelección. Incluso aseguró que está dispuesto a ir a una interna. Lo cierto es que ya no tendrá el aval de Cristina Kirchner, por lo que habrá que esperar para saber quién es el candidato de la vicepresidenta para saber si verdaderamente está dispuesto a competir.