La sesión en la Cámara de Diputados se había descontrolado. Horacio Rodríguez Larreta y los tres gobernadores radicales les habían pedido a los diputados de Cambiemos que acompañen la suspensión del Consenso Fiscal –por el cual se les permite subir impuestos a las provincias– que firmaron con el gobierno nacional. Un par de diputados del PRO expresaron “miedo” a votar una iniciativa que fue en contra de la que impulsó Mauricio Macri; otros, como Waldo Wolff, se fueron al momento de votar.
Fernando Iglesias directamente votó en contra. Otros, que fueron parte del Ejecutivo macrista, tragaron saliva y votaron sin chistar. Los radicales dieron libertad de acción: hubo quienes votaron a favor, quienes se abstuvieron (por caso, los mendocinos, a pesar de que el gobernador Rodolfo Suárez pretendía otra cosa) y quienes votaron en contra. Los llamados y mensajes del gobernador Gerardo Morales (Jujuy) no lograron encolumnar al partido. Pero Morales necesitaba que saliera la ley: se jugaba unos $ 4 mil millones.
El caos político por un proyecto de ley mostró la tensión interna en el seno de la oposición. La cuestión se centra, en rigor, sobre qué posiciones tomar con respecto al gobierno nacional, cómo avanzar en la construcción del frente Juntos por el Cambio y qué rol tendrá Mauricio Macri.
En ideas: ampliar el frente al PJ no oficialista, incluir a otros actores, ser una oposición dialoguista (en línea con las necesidades de Larreta y los tres gobernadores radicales) y rearmar el esquema de decisiones versus la conducción inequívoca y centralizada del ex presidente, sostener el 41% y sostener una crítica permanente con respecto al Frente de Todos. El temor a fugas es lo que subyace al debate interno.
En su viaje a Tucumán el jueves y viernes, donde participó del Consejo Federal de Seguridad, el armador político dilecto de Larreta, el vicejefe Diego Santilli, se reunió con cuanto dirigente opositor había en la provincia. A todos les repitió lo mismo: en esta etapa habrá un liderazgo transversal “con todos”. Y nombró desde Macri a Elisa Carrió, pasando por los peronistas del PRO como Emilio Monzó y Rogelio Frigerio. María Eugenia Vidal hubiera suscripto esas palabras. Al vicejefe porteño lo escucharon desde el radical José Cano hasta Domingo Amaya, peronista y ex secretario de Vivienda.
Una mirada similar sobre el frente sostiene, entre sus íntimos, el titular de la UCR, Alfredo Cornejo. Pero no olvida su bronca con el esquema de poder que armó el PRO con Macri en la Casa Rosada, aunque asegura que “no hay otro camino” para el radicalismo que seguir en Cambiemos. Cornejo, como Santilli, apunta que no hay “un solo líder” y que la mesa deberá seguir siendo amplia. La UCR se prepara para redoblar la apuesta en las mesas provinciales y luego a nivel nacional: ya adelantaron que tendrá que haber PASO en todos los distritos. Del primer consejero escolar bonaerense al candidato a presidente. Su peso territorial será la llave.
“No podemos derechizarnos, eso nos achica el margen para volver al gobierno. Parece la propuesta de Patricia (Bullrich), consolidar el 25/30%”, describe crudamente una fuente de Cambiemos. Por su lado, cerca de Bullrich niegan que esa sea la estrategia. Afirman que quiere desarrollar el territorio por parte del PRO y que hay que ser “generoso” en la nueva etapa. Ella no lo dice, pero jamás estuvo de acuerdo con la conducción de Marcos Peña, en todo sentido, desde el gabinete al partido. Hoy trabaja de manera directa con Macri. Todos los actores de Cambiemos coinciden: la unión es la única manera de visualizar un futuro de poder frente al Frente de Todos. Cómo hacerlo los sigue dividiendo.
El rol de Macri
El lugar del ex presidente Mauricio Macri sigue siendo un tema central en el rearmado opositor. Aunque su liderazgo es clave, y lo demostró en el cierre de las listas del nuevo PRO nacional imponiendo a Patricia Bullrich como presidenta, no volvió a participar de la mesa de Juntos por el Cambio desde que salió de la Casa Rosada.
Un sector de la UCR, en rigor la mayoría salvo el jefe del interbloque en Diputados, Mario Negri, sostiene que hay que buscar nuevos liderazgos y que, en todo caso, Macri tiene que acompañar ese proceso. Lo piensan también algunos sectores del PRO. Aunque no lo dirán, quizás Larreta y hasta Vidal pretenden ampliar Cambiemos, sostener una mesa opositora amplia y no ir al choque con el gobierno nacional a solo dos meses de haber comenzado a gobernar el Frente de Todos.
Sin embargo, quienes defienden al ex presidente a ultranza creen que el 41% y la remontada histórica con las marchas del “Sí, se puede” le permitieron sostener una representación indelegable.