El gobierno de Javier Milei designará a Francisco Tropepi como el nuevo representante argentino ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en reemplazo de Ricardo Lagorio, quien dejará su cargo en los próximos días debido a tensiones con la Casa Rosada. Esta decisión que desde Cancillería confirmaron a PERFIL se enmarca en un contexto de cambios profundos en la política exterior argentina, impulsados por la nueva administración que busca alinear la diplomacia con su ideario libertario y pro-israelí.
Tropepi, un diplomático de carrera con una trayectoria destacada, se ganó la confianza de Israel durante su tiempo como encargado de Negocios de Argentina en ese país. Su labor fue destacada especialmente durante el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre del año pasado, donde demostró tener un fuerte compromiso con las familias de las víctimas y los rehenes argentinos. Su trabajo fue reconocido por el embajador israelí en Buenos Aires, Eyal Sela, quien lo calificó como un “Justo entre las Naciones”, refiriéndose a su conducta moral y apoyo hacia judíos en peligro.
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La designación de Tropepi también refleja la intención de Milei de fortalecer los lazos con Israel y adoptar una postura más crítica frente a organismos internacionales. Esto se evidenció en su discurso durante la última Asamblea General de la ONU, donde el presidente criticó duramente los consensos establecidos en la Agenda 2030, ahora denominada Pacto por el Futuro. Milei busca posicionar a Argentina como un “faro del mundo” en materia de libre mercado y políticas sociales conservadoras, lo que implica un cambio significativo en la dirección de la política exterior del país.
La salida de Lagorio se produce en el contexto de crecientes tensiones internas en la Cancillería, donde coexisten sectores alineados con la tradición diplomática y otros que se identifican con el ideario libertario. Fuentes diplomáticas han señalado que, además de la misión en la ONU, otras posiciones en el Palacio San Martín están bajo revisión. Esta situación refleja una reestructuración más amplia en la diplomacia argentina, donde la nueva administración busca un alineamiento más fiel con sus postulados ideológicos.
Lagorio, con 42 años de carrera diplomática, enfrentó desacuerdos con la administración de Milei, que interpretó que su representación no reflejaba adecuadamente las ideas del gobierno. Aunque el cortocircuito entre Lagorio y la Casa Rosada fue superado, se consideró necesario un cambio en la representación ante la ONU, uno de los destinos más relevantes en la carrera diplomática.
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Además, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, impulsa una reforma en la Cancillería que incluye la supervisión de políticas y la designación de nuevos funcionarios. Esta reformulación llevó a una reevaluación de varios cargos diplomáticos, con el objetivo de consolidar una línea más alineada con los principios del gobierno.
Con la llegada de Francisco Tropepi a la ONU, se espera que continúe la tendencia del gobierno de Javier Milei hacia un enfoque más proactivo en la diplomacia, reflejando sus prioridades en el ámbito internacional. La comunidad diplomática y observadores internacionales estarán atentos a cómo se desarrollan estas nuevas dinámicas y qué implicaciones tendrán para las relaciones exteriores de Argentina en el futuro.
JD / CP