Héctor Colella nunca fue muy religioso, pero el destino lo hizo creer en Dios de golpe. Cuando finalizaba la década de los 90, un severo problema de salud en uno de sus seres más queridos y cercanos lo convirtió en un hombre de fe. Y, sin saberlo en ese momento, lo acercó a quien fuera consagrado Papa más de 15 años después.
Mientras HC avanzaba con sus estudios como abogado vivía en Córdoba con su mujer, y allí Jorge Bergoglio era apenas un cura de bajo rango. Comenzaba la década de los 90. Hasta ese momento, el acercamiento del empresario –que heredó el imperio de Alfredo Yabrán–al mundo religioso no era tan profundo, recuerda un amigo que lo acompañó en varios de sus negocios.
Pero la enfermedad de uno de sus familiares lo acercó aún más a Bergoglio, y la cura de ese mal, que llegó tiempo después, cristalizó una relación que con el tiempo se convirtió en familiar.
Según recuerda un empresario que lo conoce desde hace décadas, Collela se confesaba con Bergoglio. Pero además, como suele pasar con todos los que tienen un vínculo estrecho con el ahora Papa, con el tiempo Francisco se convirtió en un apoyo espiritual muy importante de toda la familia.
Por eso, cuando la familia se enteró de que había sido consagrado Papa, no dudó en ir a participar de una de sus primeras misas, la del Domingo de Ramos.
Y allí, frente a las cámaras del mundo, Francisco sorprendió al interrumpir una recorrida por la Plaza de San Pedro para saludar a la familia del empresario que supo ser la mano derecha de Alfredo Yabrán.
Cuando los divisó desde el papamóvil pidió que se detuviera, se bajó, caminó siete pasos y saludó primero a una de sus hijas, además de a su mujer. Le dio la mano al padre de la familia, que como reverencia, apoyaba su frente en el hombro papal. El Papa eligió saludar especialmente a los Colella entre miles de fieles de todo el mundo.
HC vive hoy en Carrasco, Uruguay, con su familia, desde donde construyó una muy buena relación con José “Pepe” Mujica, el presidente uruguayo.
Negocios. El heredero del imperio de Yabrán es hoy titular de Ocasa, una empresa internacional de logística que trasporta desde medicamentos hasta dinero. Para medir la magnitud de su negocio, a través de sus subsidiarias, tiene el aval de la Reserva Federal de los Estados Unidos para transportar moneda fuera del país. Además, desde hace años tiene depósitos para guardar moneda en el estado de Florida. En otras palabras: logró que Obama le confiara sus dólares. HC tiene inversiones en más de diez países a través de sus empresas. Pero también ha apostado a los negocios “tradicionales”. Según un empresario cercano, cuenta con “miles de hectáreas” de soja en la Argentina y es un exportador de maní.