Luego de la polémica desvinculación del cuerpo de auditores del Consejo de la Magistratura decidida el jueves último, los consejeros del kirchnerismo ya tendrían a la próxima víctima en la mira, a través de quien buscarían golpear al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
Se trata de Claudia Levin, quien actualmente ocupa la Secretaría Académica de la Escuela Judicial y es la representante del Consejo de la Magistratura en el Comité de Relaciones Internacionales del Poder Judicial.
Según altos funcionarios, Levin mantiene una férrea amistad con Lorenzetti. Es oriunda de Santa Fe, y arribó al Poder Judicial de la mano del estamento académico, liderado por entonces por su coprovinciano Juan Carlos Gemignani (padre). Además, supo tejer vínculos con el radicalismo, sobre todo por su cercanía con el titular del partido, Ernesto Sanz.
Entre los camporistas la señalan como una “operadora” de Lorenzetti y quien estuvo a cargo de “innumerables” estrategias políticas en el ámbito judicial. Asesores de Julián Alvarez, secretario de Justicia y representante del Ejecutivo en el Consejo, le cuestionan supuestas irregularidades, como “sobrevaluados” viáticos por viajes al exterior, o el cobro por desarraigo cuando tendría domicilio en un inmueble de su propiedad en el barrio de Recoleta, algo que ella niega.
Mientras para los radicales sería casi un imposible removerla por el poder que ejerce Levin, el oficialismo lo da como un hecho. Sin embargo, la lectura entre los magistrados es que avanzan contra Lorenzetti y las facultades presupuestarias que ejerce a través del Comité de Inversión.
Esta semana, Alvarez lideró la embestida de la mayoría kirchnerista contra el cuerpo de auditores. Según fuentes judiciales, el plan inicial, en un supuesto acuerdo con el radicalismo y el propio Lorenzetti, era desvincular sólo a su jefe, Pedro Meydac. Pero finalmente el acuerdo se rompió y el oficialismo avanzó también contra otros dos auditores (José Luis Pivetta y Luis Molinari Romero).
Tras la maniobra, Meydac pasó a asesorar al radical Angel Rozas, mientras que Pivetta recayó en la vocalía de Miguel Piedecasas (representante de los abogados del Interior y amigo personal de Lorenzetti) y Molinari, en el equipo de Gustavo Valdez.
Como titular del nuevo cuerpo de auditores el oficialismo nombró a Ingrid Jorgensen, alfil del diputado Carlos Kunkel, a quien asesoró durante años en el Consejo. El resto del organismo será integrado por María Lucila Pampillo, ex asesora de la Comisión de Disciplina y Acusación; Claudia de la Malba, funcionaria del Consejo; y Paola Prado, la única que sobrevivió a la “embestida” camporista.