POLITICA
Alberto Fernández

El 'milagro' portugués, una combinación de azar y políticas expansivas post ajuste

En 2015, luego de cuatro años de recortes de los conservadores, el premier socialista Costa construyó una coalición entre irreconciliables para recuperar la “autoestima nacional”.

20190709_alberto_fernandez_antonio_costa_prensafrentedetodos_g.jpg
Reunión. En su última escala ibérica, Fernández visitó al premier luso, Antonio Costa, en Lisboa. | prensa Frente de todos

El “milagro” portugués, que tanto se pondera en el Frente de Todos en estos días, no tiene nada de divino. Más bien, se trata de una combinación de pragmatismo político, medidas económicas pro consumo y algo de azar, luego de un salvaje ajuste a cargo del gobierno que antecedió al “milagroso” premier Antonio Costa, que el viernes 6 recibió a Alberto Fernández.

Un informe de Labour, Capital & Growth (LCG) titulado “Portugal, la película detrás de la foto. No existe almuerzo gratis”, describe el repunte luso como el epílogo de una historia de políticas ortodoxas adoptadas entre 2010 y 2014 en el marco del “rescate” de la llamada “troika”. Un desembolso por 78 mil millones de euros contra ejecución de reformas profundas, por parte del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.

 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Alberto Fernández, de guitarreada con Jorge Drexler a encuentro con António Costa

 

Tras la renuncia del premier socialista José Sócrates en 2011 en medio de un cataclismo de déficits gemelos –a nivel fiscal y en su sector externo– y la crisis global implosionando en Portugal y el resto de las economías vulnerables del continente europeo, el conservador Pedro Passos Coelho llegó al poder con un serrucho en la mano. En los años siguientes, hasta 2014, congeló el salario mínimo, recortó hasta un 25% algunos sueldos públicos, suspendió jubilaciones anticipadas y amplió la semana laboral de 35 a 40 horas, entre otras medidas sin anestesia.

Para 2012, el desempleo ya se había duplicado –de 7,5 a 16%–, y la pobreza escaló hasta un tercio de la población general para el año siguiente. Pertenecer a la Eurozona le negó a Portugal hacer uso de una devaluación –todas sus deudas eran en euros, por lo que tampoco se planteó salirse del corset–. No obstante, la emigración de 760 mil portugueses, gracias a las facilidades de circulación comunitarias, descomprimió un mercado laboral alicaído.

En su artículo de junio pasado “Los riesgos de extrapolar el ejemplo de Portugal”, la economista Marina Dal Poggetto señala otros factrores que incidieron en la recuperación: el rol del BCE, recomprando deuda en el mercado secundario para bajar la tasa de interés y reabrir el crédito  internacional en 2014, haciendo a un lado al FMI. Y el aumento de las exportaciones de bienes, gracias a las nuevas inversiones alemanas a medida que descendían los costos laborales. A ello cabe sumar un incremento en el turismo de más del 50% producto de la ola de ataques en los balnearios del norte de Africa.

 

Portugal, el mejor destino del mundo

 

Allí surge Costa y la construcción de una coalición entre irreconciliables, sin cogobierno, solo el compromiso de poner fin al ajuste. El socialista alineó a su partido con el Bloque de Izquierda y la coalición entre el Partido Comunista Portugués (PCP) y Los Verdes. Andrés Malamud, politólogo argentino en Lisboa, destaca el vínculo personal de Costa con los compañeros de militancia de su padre en el PCP como una de sus estrategias junto a la construcción de un discurso con impronta en recuperar la autoestima nacional a través de un plan económico viable.

“Los tres partidos de izquierda nunca se sentaron juntos, Costa negocia radialmente con cada uno y con los dos partidos de derecha contra los dos de izquierda, cuando hace falta”, detalla Malamud. Su gobierno inyectó ingresos a través de salarios, pensiones y recortes de impuestos. De allí que el académico argentino asegure, como hizo en una presentación vía streaming en la Fundación RAP esta semana, que el milagro portugués es, en gran medida, un rebote, en un contexto de persistente fragilidad.

Las lecciones a Fernández

Aunque estaba previsto que la cita durara unos treinta minutos, la reunión entre Alberto y el premier Antonio Costa se prolongó poco más de una hora. Acompañado por el diputado Felipe Solá, las preguntas del candidato a presidente fueron todas de naturaleza económica. Específicamente, acerca de la receta lusa para salir de la crisis, medida por medida. Costa les explicó que, en un comienzo, solo aumentaron el salario mínimo mientras que, al resto de la escala, lo compensaron con una reducción de la carga impositiva. Solo cuando la actividad económica mostró signos firmes de repunte, pasaron  a la fase siguiente de incrementar las remuneraciones. Si bien se mostró muy crítico del papel de la troika, en especial del FMI, Costa admitió que la Unión Europea lo ayudó con la deuda. Ahora, el grueso del pasivo de Portugal es con Bruselas y el Banco Central Europeo. A su juicio, mucho más manejable que la deuda con el Fondo.

CP