Cubrir las dos vacantes de la Corte Suprema no será tarea sencilla para el Gobierno, aunque forma parte de una negociación más amplia que incluye la suspensión de la ley cerrojo, para acordar con los holdouts. El trámite para avanzar sobre el tribunal requiere el aval de los dos tercios de los senadores nacionales presentes, de los cuales una buena parte pertenece al peronismo y responde a los gobernadores.
A pesar de que el acuerdo parecía estar bien encaminado, desde el peronismo abrieron una nueva instancia de negociación para aportar los votos necesarios.
Si bien hay predisposición de los caciques del PJ a aportarle gobernabilidad al macrismo, esta vez –y no será la única– harán valer sus votos. Pedirán, a cambio, dinero para gastos corrientes (las provincias están en rojo), el pago de obras adeudadas, y si es posible, buscarán acelerar la discusión por la nueva coparticipación, que arranca el martes.
“Esto no es un toma y daca. Habrá que ver cómo va todo, pero seguramente las negociaciones con las provincias van a influir”, admitió un senador peronista en diálogo con PERFIL. En la reunión del bloque del PJ, el jueves, el jefe de la bancada, Miguel Pichetto, aclaró que si bien hay voluntad de aprobar los pliegos de los dos jueces, eso no sucederá si el Gobierno no “cumple” con las provincias opositoras.
Las palabras llegaron rápido a oídos de los funcionarios macristas, que quedaron sorprendidos por la apreciación del senador rionegrino. Fuentes de la Casa Rosada dijeron a este diario que en las últimas tres semanas, y para asegurarse que habrá buena voluntad de los senadores de la oposición, el Gobierno giró a las provincias $ 3.500 millones, en concepto de obras certificadas que eran adeudadas por la anterior gestión. Completarán el cronograma de pago en las próximas dos semanas, desembolsando un monto idéntico para cubrir los $ 7 mil millones de deuda en obra pública que mantenía el kirchnerismo con las provincias.
El ala política del gabinete macrista entiende que para sacar adelante los pliegos es necesario contar con los votos de 22 de los 40 senadores que tiene el Frente para la Victoria. Los dos tercios se logran con 47 legisladores –si Carlos Menem se ausenta, algo que es habitual–, Cambiemos tiene 15 y aguarda que haya otros bloques que acompañen la cobertura de las vacantes de la Corte Suprema.
“Al parecer, no habría problemas. Habrá que ver cómo marchan las negociaciones, pero todo indica que hay buena voluntad”, dijo un senador radical a PERFIL.
Sin embargo, la situación de los dos jueces es disímil. Se descuenta que el pliego de Horacio Rosatti no causará mayores inconvenientes, aunque no pasa lo mismo con el de Carlos Rosenkrantz, que genera algunos reparos en cierto sector del FpV por haber sido abogado de Clarín y, según dice, por haberlo ocultado, algo que el postulante sin embargo no omitió en su presentación oficial.
“No vamos a juzgar a un abogado por quiénes fueron sus clientes. En todo caso preguntaremos cómo fallarían en determinadas causas en los que esas empresas tengan su interés comprometido”, afirmó un senador de la línea más dialoguista del kirchnerismo.
Los camporistas, que son minoría en el Senado, y que representan la postura más dura frente al gobierno de Macri, abren una ventana para la aprobación. “Nosotros también representamos a nuestras provincias. Tendremos que ver en cada caso qué conviene, lo iremos viendo”, dice una fuente de ese sector.
En medio de las negociaciones, una visita que sorprendió a los senadores peronistas fue la de Oscar Parrilli, ex jefe de la Inteligencia K, que golpeó despachos para cosechar voluntades con el objetivo de bloquear la sanción de los pliegos de los jueces. Pero la postura de Cristina Kirchner no cala tan hondo en la Cámara alta como en Diputados.
Sin ampliación de la Corte
El ministro de Justicia, Germán Garavano, advirtió ayer que hay muchas presiones para que el Gobierno encare la discusión sobre la ampliación de la cantidad de miembros de la Corte. Sin embargo, aclaró que primero hay que completar el tribunal, que tiene dos vacantes. “Recién después de ver cómo funciona vamos a discutir o no una eventual ampliación del tribunal”, explicó. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y la titular de la Cámara alta, Gabriela Michetti, consideraron que es una discusión que debe darse, aunque aclararon que no será por ahora. “No tiene sentido ocultar algo que en el Senado se viene discutiendo hace tiempo”, indicó Michetti. Se trata de un pedido del peronismo para poder colocar hombres propios en el máximo tribunal, pero al parecer los pliegos de los dos jueces propuestos por Macri serán sometidos a votación en el Senado sin discutir previamente una ampliación. Sobre los decretos para la Corte, Garavano afirmó que fue una decisión del Presidente “que nosotros acompañamos”. “Es un mecanismo constitucional”, dijo.