Daniel Menéndez, coordinador nacional de Somos Barrios de Pie y saliente subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social, competirá en las próximas PASO como precandidato a diputado nacional en el puesto 16 dentro de la lista del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires. Su nombre surgió de un acuerdo de los distintos movimientos sociales afines al oficialismo y por el cargo que ocupa es uno de los alcanzados por la estrategia “ética” del presidente Alberto Fernández.
—¿Está de acuerdo con la decisión del Presidente de pedir las renuncias a cargos públicos para encarar las candidaturas?
—En realidad, nosotros habíamos tomado la decisión previa a lo que anunció el Presidente. Es cierto que hay una incompatibilidad en cuestión de tiempos, con las tareas que uno tiene en la gestión, comprometerse en el diálogo con los vecinos y la sociedad en la difusión de las ideas y la campaña del Frente de Todos, es muy difícil llevar a cabo las dos tareas. Estamos esperando que se oficialicen las listas y las candidaturas para avanzar con la renuncia.
—¿Creen que el cargo debe quedar en manos de los movimientos sociales?
—Después de la reunión nacional de este fin de semana, nuestro movimiento, la UTEP y los distintos movimientos sociales a los que se les asignó este lugar en el Estado, le vamos a acercar al Presidente y al ministro que está a cargo, quién podría llevar adelante la continuidad de la tarea.
—¿Cómo se gestó su incorporación en la lista del Frente de Todos?
—En primer lugar, tiene que ver con la agenda de los movimientos populares: entendemos que uno de los elementos claves es llevar al Congreso proyectos que tienen que ver con reformular políticas sociales, fortalecer la producción y acompañar las tareas de gestión que estamos realizando. El desafío y la convocatoria que nos presentó el Presidente es transformar la política social y en los últimos años de la Argentina se requiere una modificación central.
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—¿Cómo se sale del esquema de los planes sociales?
—El plan social como herramienta temporal de la gente que está excluida no va más.La gente es víctima de un proceso de exclusión y la respuesta que le da la política la revictimiza, dicen que “la gente no quiere laburar”, pero la gente fue y laburó siempre, que esté excluida no va más. En los últimos veinte años no lograron reinsertarse y por eso es hora de entender que la gente que está afuera se crea su propio trabajo, quiere laburar y labura. Entonces, la política social tiene que transformarse en acompañar el proceso productivo de nuestra gente.
—¿Cómo piensan convencer al votante del Frente de Todos después de este año y medio de pandemia?
—El desafío del Frente de Todos es reconstruir la esperanza. Empezamos la campaña con una mirada clara: todos estamos un poco peor que al inicio de la pandemia, no solo en términos materiales, todos vivimos angustiados, y eso repercute en la esperanza, nadie ve que puede estar mejor. Nosotros vemos que la vacunación, con el reciente acuerdo con Pfizer, nos va a permitir estar ya casi viendo la luz al final del túnel.
