Los cincos pisos del edificio de Balcarce al 400, casi esquina Avenida Belgrano, a tres cuadras de la Casa Rosada, volvieron a habitarse. Y volverán a tener vida desde el 2020. Es que la sede nacional del PRO, cuya propiedad fue comprada a comienzos de año, será la base para reuniones, trabajo del equipo de comunicación y de la Fundación Pensar (el think tank) y la base para reconstruir el partido que llevó a la Casa Rosada a Mauricio Macri en 2015.
Además, si bien las nuevas autoridades nacionales, con Patricia Bullrich a la cabeza, asumirán en febrero, las autoridades provinciales recién en marzo. Según explican a PERFIL fuentes partidarias, la idea es que “no se digiten más las conducciones de cada provincia” y que haya internas en aquellas provincias donde no hay acuerdo.
El nuevo PRO no tendrá, como en estos últimos años, la impronta panóptica de Marcos Peña, sino que habrá mayor representación de otros espacios internos, como aquellos que trabajan con Horacio Rodríguez Larreta, con María Eugenia Vidal, con los intendentes de Juntos por el Cambio y con otras expresiones que se vieron relegadas en el armado nacional. Por caso, el emprendedor y consultor Federico Morales, quien trabajó como secretario de Voluntariado (lo reemplazará Guillermo Dietrich), al igual que Guillermo Riera, quien trabajó con la estrategia digital, quedarán afuera de la reestructuración partidaria.
Hace diez días fue la última reunión del consejo directivo con la actual conducción, con el senador Humberto Schiavoni como presidente y el ex legislador, Francisco Quintana (flamante padre por segunda vez), como secretario General. Está previsto que en febrero asuman las nuevas autoridades partidarias con Bullrich y Eduardo Macchiavelli como secretario General y dirigente de confianza de Larreta.
De esta manera, en el búnker del PRO ya hay reacomodamientos físicos: el primer piso quedó para la Fundación Pensar (que pasó de manos de la diputada Carmen Polledo al ex ministro de Desarrollo Urbano porteño, Franco Moccia).
En el segundo sigue trabajando un frondoso equipo de comunicación (muchos que estaban en Casa Rosada) para rearmar el plan del área con Gustavo Gómez Repetto como jefe. En la terraza de este piso supo haber una cucha para “Balcarce”, el perro insignia del macrismo.
En el tercer piso estarán las autoridades del PRO bonaerense y en el cuarto las del PRO Capital Federal.
Finalmente, en el último piso tanto Bullrich como Macchiavelli tendrán sus oficinas además de una sala de reuniones. En ese piso Macri tenía su oficina, antes de ser presidente, pero hoy ya tiene la propia en Vicente López junto a Fernando de Andreis, el ex secretario General de la Presidencia.
Paralelamente, el PRO nacional trabajará con el bloque de diputados y senadores nacionales como una suerte de apoyo pero, a la vez, para que sea una usina de ideas y de monitoreo de la gestión de Alberto Fernández en el Gobierno.
ES EA
