La precandidata a presidenta del Nuevo MAS, Manuela Castañeira llega a estas elecciones con dos hazañas: no sólo es la única mujer que intentará competir por la primera magistratura, sino que también es la más joven. A sus 34 años, la socióloga entrerriana enfrenta su segunda elección como candidata a presidenta acompañada por el docente cordobés y exdelegado de la metalúrgica Somisa, Eduardo Mulhall, como vice.
Pero Castañeira también llega a los comicios en soledad. La imposibilidad de llegar a un acuerdo, la dejó afuera del Frente de Izquierda - Unidad, la coalición que después de muchos años logró reunir a todas las organizaciones que conforman el FIT y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).
"Del Caño tuvo una actitud mezquina", dijo a PERFIL durante una entrevista en la que aseguró que el precandidato a presidente le "clavó el visto" a su propuesta. También habló de la “crisis del FIT” y de la expulsión de Jorge Altamira y Marcelo Ramal del Partido Obrero. "No creemos que en la izquierda haya que expulsar a nadie, hay que unir".
Además, Castañeira cuestionó el feminismo de Cristina Kirchner, defendió la propuesta de no pagarle al Fondo Monetario Internacional, y rechazó a los "capitalistas" Mauricio Macri y Alberto Fernández. "La versión neoliberal del capitalismo es más salvaje que la estatista, pero evidentemente ninguno de los dos fue una solución superadora para los trabajadores", sentenció.
Quién es Manuela Castañeira, la única mujer que compite como precandidata a presidenta
- Sos la única mujer candidata y la más joven, ¿cómo lo explicás?
-Tiene que ver con algo positivo de la marea verde y del Ni Una Menos y con algo que habla muy mal de los partidos tradicionales que, evidentemente, están de espaldas a ese movimiento. En Argentina hay un gran contraste entre lo que pasa en la sociedad y la política tradicional. Ya sea el macrismo, el fernandismo, o el peronismo en general, que ahora está en todas las listas. Están de espaldas a les pibes que ingresaron a la política con la pelea de la legalización del aborto. Todes llegaron para quedarse y tienen una visión del mundo. Por eso para mi es una alegría, un orgullo y es una responsabilidad.
- ¿Cuáles son los principales desafíos del movimiento feminista en Argentina?
-El principal desafío es conseguir la legalización del aborto. Es el reclamo que hoy sintetiza una necesidad de salud pública, por el problema de las muertes por abortos clandestinos y también por el lugar de las mujeres en la sociedad. Hay una posición conservadora, eclesiástica, oscurantista sobre cómo tenemos que morir o vivir las mujeres y personas LGBT. El principal desafío es poder organizar esta lucha en la calle por fuera de los partidos tradicionales, porque no va a salir por voluntad propia del Congreso o del Estado, ni de Cambiemos y menos de Alberto Fernández que ya dijo que no es bueno abrir el debate sobre la legalización del aborto, y acto seguido, el Papa anunció que tiene intenciones de venir a la Argentina en 2020. Lo que quieren hacer es enterrar esta discusión.
- ¿Cuáles son los principales problemas que hay en el país?
-Hay una crisis global que es producto de las gestiones capitalistas de los asuntos en Argentina. Ya sea del capitalismo neoliberal que el macrismo está queriendo imponer o de la versión estatista que quiere proponer el Frente de Todos. Fernández no tiene un programa alternativo, dice que no quiere romper con el FMI, que es amigo de los mercados, que no hay que poner retenciones a la soja, quiere superávit fiscal y eso significa más ajuste del Estado. La discusión que hay que plantear es cuál es la salida para esta crisis.
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- ¿Cuál es la propuesta del Nuevo MAS?
-Nosotros queremos hacer una revolución en la política y en la economía para que no paguen la crisis los trabajadores y las trabajadoras. Proponemos la reincorporación de todos los despedidos y despedidas bajo el macrismo, ya sean del sector público y del privado; la eliminación del impuesto al salario; la eliminación del IVA; y que los fondos salgan de los grandes capitales del campo, las finanzas, la industria y del no pago de la deuda externa. En una discusión mundial donde se sufre la desigualdad, hay que atacar esa concentración de la riqueza para que las mayorías sociales salgan hoy de la miseria.
- ¿Por qué le cuesta tanto la unidad a la izquierda?
-No le cuesta más que al peronismo. Aunque el peronismo no es una buena vara. Tenemos que ser mejores y tenemos que pelear por superar la fragmentación. A nosotros no nos invitaron a formar parte del FIT Unidad. Yo le había hecho una propuesta a Nicolás Del Caño para hacer una PASO. Le dijimos a Luis Zamora también. Él se reunió, nos dijo que no y Del Caño ni contestó, me clavó el visto. Tuvo una actitud mezquina. Nosotros planteamos que la izquierda tiene que tener una candidata mujer, porque el movimiento de mujeres es hoy el principal movimiento social en la Argentina y en el mundo. Evidentemente a Del Caño eso no le pareció importante. Igual creo que forma parte de una crisis mayor del propio FIT, de un estancamiento que están viviendo y el método que están utilizando que realmente son muy ajenos a las tradiciones de la izquierda como es la expulsión de referentes, como Altamira y Ramal. No creemos que en la izquierda haya que expulsar a nadie. Hay que unir.
- ¿Cómo es ahora tu relación con Del Caño?
No hay mucho diálogo. La izquierda se conoce de compartir en la calle, del día a día, en las luchas. Nosotros lamentamos que electoralmente no pueda estar esa unidad. Ellos han intentado impugnar boletas nuestras en la justicia electoral, la verdad que bastante decadente. No entiendo su nivel de saña contra mi candidatura.
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- ¿Qué opinás de Cristina Kirchner?
-Cristina es una figura fuerte de la política argentina, pero el hecho de que sea mujer no me hace estar más cerca de ella. Por un lado porque siendo la única mujer que presidió al país en dos ocasiones, no sólo no nos dio el derecho sino que nos negó el debate sobre la legalización del aborto, teniendo la posibilidad de abrirlo y otorgarlo. Como feminista eso me parece inaceptable. Y como militante de izquierda y socialista, Cristina es capitalista. Defiende este sistema de opresión y explotación que es insostenible e indefendible. Yo vivo de mi salario, soy trabajadora, y Cristina es una persona millonaria, que tiene o no, que explicarlo de alguna manera. No creo que los políticos tengan que terminar a lo largo de esa carrera siendo millonarios.
- ¿Considerás que la situación de los trabajadores ahora y en 2015 es la misma?
-No se trata de medir esa vara, nosotros sabemos que la versión neoliberal del capitalismo es más salvaje que la estatista, pero evidentemente ninguno de los dos fue una solución superadora para los trabajadores. Y esto lo han dicho los propios trabajadores que en su momento dejaron de votar al kirchnerismo. Igual Cristina hoy no es la candidata y no son lo mismo. Alberto se define como un amigo de los mercados y se alejó de kirchnerismo por derecha. Incluso sus asesores del Grupo Callao están diciendo que hay que hacer una devaluación y un congelamiento de precios y salarial. Ese es el plan.
- Una de las razones de la expulsión de Altamira del PO fue por su consigna "Fuera Macri". ¿Coincidís con la consigna?
-Es obvio que la izquierda es antimacrista y que lucha contra los despidos y los tarifazos. Pero creo que en ese debate hay algo un poco más complejo que se sintetiza en una consigna, y ese debate está muy tergiversado por los propios protagonistas.
- Algunas encuestas hablan de un posible escenario de balotaje entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. ¿Cuál sería la postura del Nuevo MAS en ese caso?
-No es una pregunta para esta etapa, estamos en julio. Es un país muy dinámico y con muchas discusiones. Todo puede cambiar y hoy la discusión es cómo nos posicionamos de cara a las PASO y quién pasa y quién no. Toda mi energía está puesta en superar las PASO y llegar al debate presidencial. Después de eso está la elección de octubre y después, eventualmente, habría o no un balotaje. Eso no solo sería hacer futurología, sino que también forma parte de un intento de cerrar entre dos debates. Hoy se quiere imponer la discusión de que sólo hay dos opciones, y es muy negativo para el debate, porque se entra en la lógica del mal menor. Lo más democrático es que haya una pluralidad de opciones y como joven que también piensa en su futuro no estoy dispuesta a aceptar que las opciones sean menor explotación que otro, o una escala de miseria.
MS/MC