POLITICA

Eliaschev: "El Gobierno duplica la apuesta por AMIA y después duermen la causa"

El periodista que en 2011 reveló en PERFIL el pacto con Irán, habló con Perfil.com sobre el polémico acuerdo por el atentado. La respuesta a Aníbal F.

En 2011, Pepe Eliaschev reveló que el Gobierno negociaba con Irán un pacto para "olvidar" los atentados.
| Cedoc

El domingo 26 de marzo de 2011 el periodista Pepe Eliaschev reveló en el diario PERFIL el "pacto secreto" entre la Casa Rosada y el gobierno de Irán para "olvidar" el atentado terrorista a la AMIA de 1994. El canciller Héctor Timerman negó ese acuerdo durante meses y desde el oficialismo hasta se lo acusó sin pruebas de "trabajar para los servicios iraníes" y el Mossad, la inteligencia israelí.

Casi dos años después, el pacto anunciado por PERFIL se cristalizó y acaparó la agenda mediática. Hoy la Comisión de Extetrores del Senado rubricó el dictamen para que el polémico acuerdo con Irán lo debata la Cámara Alta.

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El columnista, hoy una referencia de la causa por el atentado terrorista en el que murieron 85 personas, analizó para este portal que hay detrás de la estrategia del Gobierno para "descongelar" -en palabras de la Casa Rosada- la investigación del atentado más grave de la historia argentina.

- Dentro del Gobierno, ¿hay respaldo sólido al memorándum? ¿O es que Cristina está empecinada?

- La experiencia de diez años revela que en este Gobierno nadie discute nada al jefe. Sucedió con Néstor Kirchner y sucede con Cristina. De tal manera que la sola idea de imaginar que puede haber una falta de respaldo, evidenciada y verbalizada, es imposible en la actual estructura de poder. Es un Gobierno de obediencia absoluta a las decisiones de la jefatura. Y en el caso con el pacto con Irán acontece lo que ha sucedido en infinidad de situaciones previas.

- ¿Qué rédito político o económico busca la Argentina con este pacto?

- Son muchas las conjeturas que pueden formularse. A mi modo de ver, una de las marcas registradas de la trayectoria kirchnerista es la pretención de cometer o de reivindicar algún tipo de hazaña internacional. En este caso sería destrabar un caso, que valga la redundacia, está congelado hace 19 años. Ese sería el rédito que ellos podrían estar tramando y los antecedentes en ese sentido son ilustrativos. Ya nos hemos olvidado de un episodio bochornoso: cuando Néstor Kirchner era presidente y declaró públicamente a los dirigentes de la comunidad judía que habían aparecido los famosos y fantasmagóricos cassettes de la investigación que estaban perdidos. Horas más tarde tuvieron que desmentirse retrocediendo en pantuflas porque tales cassettes no aparecían. Ha habido, permanentemente, desde 2003 a la fecha, una intención de conseguir algún éxito político, doméstico o internacional, con la causa AMIA.

- ¿Por qué Cristina sigue ratificando al canciller Héctor Timerman después de sucesivos papelones en la Cancillería?

- Lo que revela la década kirchnerista es una fervorosa adhesión a los empecinamientos. No hay que olvidarse que a Héctor Timerman lo designó Cristina después de echar de la Cancillería a un hombre probo y de larga trayectoria en el oficialismo además de una importante peripecia internacional como Jorge Taiana. En el caso de Timerman hay dos o tres certezas que ella tiene: obediencia absoluta, empatía ideológica que de alguna manera aparece... Cristina se siente cómoda con la superficialidad y el nulo conocimiento de los temas que tiene Timerman y, además, porque hay una cuota de oportunismo. Timerman es judío y por ser judío fue cónsul en Nueva York y embajador en Washington porque los kirchneristas, que nunca han abandonado el disco rígido del populismo nacionalista, imaginan que hay un lobby judío poderoso al que se accede siendo judío. Entonces les ha parecido que la persona ideal era Timerman. Su preparación y su trayectoria, ya no digo para ser canciller, sino de cónsul, eran nulas.

- ¿Por qué el Gobierno no vuelve a estudiar el acuerdo con Irán ante el mayoritario rechazo de la comunidad judía, AMIA y DAIA?

- Una vez más hay que referirse a los antedecentes: esencialmente en una década el kirchnerismo en el poder nunca dio marcha atrás en nada. ¿Por qué lo harían ahora? Ellos -yo diría de una forma genética- duplican la apuesta hasta que duermen la causa. Otra antecedente claro es el conflicto con Botnia: lo bancaron, lo contuvieron, lo avalaron, lo legitimaron... Hasta que después de la decisión del Tribunal de la Haya no hubo más remedio que dar vuelta la página y dejarlos solos.

- El Gobierno afirma que con este acuerdo se "descongela" la causa judicial? ¿Es así? ¿Qué hicieron los Kirchner para esclarecer el atentado desde 2003?

- Esta es una mentira absoluta. El hecho nuevo de esta década es haber creado la Fiscalía Especial AMIA, a cargo de Alberto Nissman. Pero a Nissman hace ya dos años que lo ignoran. Hace dos años que la Argentina viene retrocediendo... Desde que PERFIL ventiló el caso en marzo de 2011, el Gobierno procedió con una gran coherencia. Primero, abandonó la técnica que había adoptado junto a otros países de occidente de no convalidar con la Presidencia de la Asamblea General los discursos antisemitas de Mahmud Ahmadineyad. Y lo obligaron al pobre Jorge Arguello a quedarse sentado cuando Ahmadineyad decía que el Holocausto era un invento y que Israel no tenía derecho a tener un Estado propio. Así que yo acá no veo ningún descongelamiento. Puntualmente en lo que tiene que ver con la causa AMIA, en el contexto doméstico argentino, la promesa del "informe final" de la Justicia, antes de la Comisión Investigadora, sigue siendo una promesa. Todo indica que no se va a conocer nunca.

- ¿La Casa Rosada utiliza ahora la causa del atentado para mantener una agenda mediática que esquive la inflación, la inseguridad, las paritarias?

- Yo no lo puedo asegurar. Es muy probable que esta sea la característica de la estrategia oficial. Lo han hecho siempre, lo han hecho con Malvinas, cuando la propia Alicia Castro imaginaba que iba a ser una especia de guerrilla diplomática en Londres el día que se presentó para hacerle una pregunta al canciller William Hague... El kirchnerismo ha demostrado una vez más, a lo largo de una década, que son maestros en hacer cortinas de humo, un humo que nunca sale fuego, un humo espeso. Pasó con Botnia, pasó con Malvinas... Va a pasar con Irán.

- ¿Qué sensación le produjo el debate en comisiones en el Senado de la Nación?

- Se advierte la reiteración del modelo: obediencia militar por parte del oficialismo. Una realmente indignante ignorancia sobre del espesor de los temas y el caso de Pichetto es emblemático de complacer como tropa a la jefa. Una gran desverguenza porque en verdad los senadores nunca fueron debidamente anoticiados, simplemente hay hechos consumados que deben ser acatados y el Senado aparece, como va a aparecer la de Diputados, para poner su sello. En la oposición me parecieron muy rigurosas y muy fuertes las presentaciones de Ernesto Sanz, que de lejos sigue siendo el más articulado senador nacional y también del senador jujeño Gerardo Morales en una posición minoritaria en un Senado con miembros como Aníbal Fernández prácticamente impiden todo debate serio. Una persona que dice que tiene olor a diario, a tinta, toda esta denuncia... Hay que decirle a Fernández que el diario y la tinta es del Teheran Times, el diario oficial iraní que reveló que Vahidi no va a ser indagado y que para Irán el atentado contra la AMIA fue perpetrado por el Estado de Israel. Este es el papel y la tinta de diario que habla Aníbal Fernández.

- ¿Cree que la causa de fondo avanzará? ¿Algún iraní será sentado en el banquillo de los acusados?

- Se han topado con un jugador muy pesado, muy pesado, muy hábil, muy astuto, muy veterano como los iraníes que no va a ser tan sencillo. Ojo que Irán está tramitando su arsenal nuclear en negociación con Europa y Estados Unidos... No es un jugador pequeño. Además allí se articula el fundamentalismo islámico, que es el credo nacional, unido a 3.000 años de historia. La diplomacia iraní es muy veterana, muy astuta y es capaz de envolver durante años a las diplomacias más astutas, que no es el caso de la Argentina y mucho menos del señor Timerman.