En el marco de un año que estuvo marcado por el pulso de las inminentes elecciones de octubre y por las negociaciones en el Senado para la concreción de determinadas leyes, se dieron a conocer las cifras de los fondos destinados por el Gobierno nacional a las provincias.
Según publicó la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), en la ejecución del plan de gastos del primer año de gestión del presidente Mauricio Macri, las transferencias presupuestarias por parte del Gobierno a provincias y municipios sumaron casi $138.800 millones, es decir, un 44,5% más en lo que concierne al reparto de los subsidios económicos.
Además, con buena parte de los gobernadores en filas de la oposición, siempre según el informe ASAP difundido por La Nación, también al finalizar el ejercicio 2016 el gasto total (sumados los gastos corrientes y de capital), subió un 37,6 por ciento interanual, cifra que se genera por la coyuntura política que le tocó enfrentar a Cambiemos.
Acuerdos y gobernabilidad. Luego del fallo de la Corte Suprema, una de las llaves para la negociación que utilizó Macri fue la devolución del 15% de lo que el Estado Nacional les retenía por la coparticipación para solventar la Anses y, además, el financiamiento del déficit de las cajas jubilatorias provinciales.
Todos estos gastos también se reflejan en el inédito incremento de los giros a los distritos del interior.
Más datos. Entre otras cosas, el informe elaborado por la ASAP también advierte sobre el déficit financiero que trepó a $ 412.000 millones (5,7% del PBI). Si bien al analizar esto se deduce que se gastó más de lo que se tiene, cabe recordar que el nivel del gasto superó largamente la cantidad de ingresos previstos en lo que fué el último presupuesto de la era kirchnerista.
La fuerte suba de las erogaciones públicas fue más allá de lo que deseaba el Gobierno pero gracias a la buena performance del blanqueo, cuyos ingresos no estaban previstos en el presupuesto original, no se disparó el rojo fiscal. Según el informe de la ASAP, por esto ingresaron $ 103 mil millones y, en menor medida, también se obtuvieron algunos excedentes en derechos de importación ($ 16.000 millones) y en los impuestos sobre combustibles ($ 7.900 millones).