POLITICA
el gobierno quiere nombrar mas jueces

En la Corte se preparan para resistir una nueva embestida

Se intensificó la danza de nombres para ocupar futuras vacantes. Pero la mayoría del Tribunal quiere avanzar sin cambios. Causas sensibles.

Ministros. Raúl Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco, en la despedida de Enrique Petracchi, cuya muerte dejó a la Corte Suprema con cinco miembros.
| Cedoc

La expectativa generada por los cambios que se avecinan en la Corte Suprema obligó a su titular, Ricardo Lorenzetti, a abroquelarse en la mayoría que todavía lidera y que le permite seguir manejando los hilos del cuerpo. De esta manera, intentará contrarrestar los impulsos del Gobierno, que intentará colocar gente afín en las vacantes que se liberen o aumentar el número de miembros y así afectar la dinámica actual.

“Tensa expectativa”, así describieron desde el Máximo Tribunal el escenario que se percibe luego de que se confirmara que el año próximo se va a abrir una vacante. El fallecimiento de Enrique Petracchi dejó a la Corte con los cinco miembros que fijó la ley impulsada por el kirchnerismo en 2006. Y Raúl Zaffaroni ratificó que en enero, ya con 75 años, se jubilará y dejará el cargo. Automáticamente empezó la danza de nombres de candidatos a reemplazarlo, desde los más afines al Gobierno hasta personalidades de mayor consenso (ver aparte).

No obstante, hasta que no se designe a un sucesor la Corte puede seguir funcionando con cuatro miembros. Si los fallos alcanzan una mayoría de tres votos, el cuerpo seguiría trabajando con normalidad. Y ese es el objetivo de Lorenzetti. Desde hace años, la dinámica entre los ministros supremos llevó a que se formara un entendimiento entre el presidente, su vice Elena Highton de Nolasco, y Juan Carlos Maqueda, que generalmente votaban en conjunto. A ellos se suma también Carlos Fayt, quien en algunos casos marcó disidencias aunque también suele respaldar las resoluciones de sus pares. Con ese esquema, podría demostrar que la Corte seguirá funcionando con normalidad. En los hechos, además, la vocalía de Zaffaroni ya dejó de recibir expedientes para análisis por lo que en la práctica diaria del Palacio de Tribunales ya son cuatro los que estudian caso por caso. En caso de votaciones divididas el quinto lugar lo ocuparía un titular de las Cámaras Federales.

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El kirchnerismo, a lo largo de su gestión, demostró interés en generar influencias en los puestos intermedios de la Justicia, jueces de primera instancia y camaristas. La renovación de la Corte Suprema, en cambio, siempre fue elogiada por sectores de la oposición por los nombres que fueron seleccionados. Pero el período político actual es distinto, por eso hay sectores alertas para lo que intente hacer el Gobierno con las nuevas vacantes que puedan aparecer. A la partida de Zaffaroni se agregan las presiones de sectores del kirchnerismo para que Fayt, de 96 años, también se jubile y se aleje del Tribunal que compone desde el retorno de la democracia en 1983. Además, el viceministro de Justicia, Julián Alvarez, lanzó que el cupo se podría volver a ampliar a siete, algo que fue desmentido por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. El globo de ensayo, como sea, está en órbita.
En la Corte temen que el Gobierno intente ocupar vacantes con juristas ligados a Zaffaroni, quien quedó tildado en estos años como el ministro más cercano al kirchnerismo. Ampliar la cantidad de miembros le daría la posibilidad de nominar más ministros afines, siempre fruto de una negociación, ya que necesitaría el aval de dos tercios de los presentes en el Senado.

Para contrarrestar las eventuales avanzadas, en el último acuerdo de ministros se decidió construir una fortaleza política en el mantenimiento de la doctrina y jurisprudencia que el Máximo Tribunal mantuvo hasta ahora. De hecho los ministros actuales son los que consolidaron esas bases jurídicas por lo que nada cambiará en el funcionamiento. “Nuestra responsabilidad es que la Corte funcione”, deslizó uno de los asesores a PERFIL.
Los ministros acordaron que a partir de la semana próxima, iniciarán un período de dinámica extra en la Corte con la emisión de fallos que serán resonantes, explicaron voces internas aunque no adelantaron temáticas. Se especula que podrían ser fallos acotados a la agenda política y la mayoría de ellos sensibles al Gobierno. Existen varias causas por los derechos de coparticipación federal, como causas sensibles en contra del Estado por temas fiscales, aduaneros e incluso la resolución de la fusión que involucra al Grupo Clarín, entre Multicanal y Cablevisión. La nueva pelea por la adecuación de oficio a la Ley de Medios recién llegaría a la Corte el año próximo, y probablemente también se transforme en parte de las discusiones.

La designación de nuevos miembros en la Corte Suprema es una atribución del Poder Ejecutivo que debe tener un amplio respaldo legislativo. Lorenzetti y el Tribunal no tienen injerencia en la decisión, aunque a través de sus fallos pueden transmitir sus considerandos.

 

Anécdotas de cortesanos

La primera semana de noviembre saldrá a la venta un nuevo libro escrito por Ricardo Lorenzetti. Bajo el título El arte de hacer justicia”, el santafesino relata anécdotas y análisis de estos diez años como ministro de la Corte Suprema, ocho de los cuales lo encontró como presidente del cuerpo más importante del Poder Judicial.

Lorenzetti ya publicó más de una veintena de libros, siempre enfocados a cuestiones jurídicas. Esta vez, editado por Sudamericana, cuenta las sensaciones que vivió desde que llegó al Tribunal. En una de esas anécdotas, por ejemplo, relata que cuando se incorporó la tradición era que los ministros no dialogaban entre sí en las reuniones de acuerdo. Simplemente se sentaban a firmar las resoluciones. Fue Fayt el primero que le marcó esa costumbre cuando se atrevió a hablar. Diez años después ésa, y muchas cosas más, cambiaron en la Corte Suprema.