Edison Lanza está a punto de terminar su segundo mandato en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como Relator Especial de Libertad de Expresión. Es abogado, periodista, activista y una voz autorizada sobre las nuevas formas de comunicación, cruzadas por la política, el mercado y las costumbres. Invitado por el Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información, este uruguayo reflexionó sobre los desafíos del periodismo.
—¿Qué balance hace del gobierno macrista respecto de la libertad de expresión?
—Hay avances y cuestiones pendientes. Había un enfrentamiento muy fuerte entre parte de los medios y el anterior gobierno. El actual bajó la tensión notoriamente y no atacó a la prensa. La Ley de Acceso a la Información es un avance y debería ser política de Estado. El intento de ordenar la publicidad, también.
—¿Qué le critica?
—Hemos recibido muchas denuncias: ante críticas o discursos fuertes por parte de ciudadanos en redes, de grupos y movimientos de protesta, hubo intentos de criminalizar las expresiones. En una democracia robusta es un signo de preocupación.
—¿Hay pluralidad de voces?
—Se han perdido muchos puestos de trabajo. Alguna decisiones han fortalecido a los grupos que tenían más poder económico y han puesto en riesgo a voces minoritarias.
—¿Se refiere a la fusión Cablevisión-Telecom?
—Exactamente. Se permitió sin una discusión más completa sobre el sistema de medios.
—¿Por qué cree que hubo periodistas y medios que simpatizaron con el macrismo?
—Algunos periodistas de medios tradicionales o con más influencia dijeron algo que leí como un mea culpa: “Como nos sentimos atacados por el kirchnerismo, desarrollamos un periodismo de grieta, contrario a las libertades y nos acostumbramos”. Eso es un problema porque no corresponde realmente con el interés del público. Quizás ese periodismo de grieta se mantuvo con el cambio de gobierno. Se utilizó para apoyar a un gobierno en contra de lo que se creía eran enemigos de las libertades y a los que había que combatir. Creo que la gente está mostrando que se necesita un periodismo que vuelva a la independencia, que investigue y pida rendición de cuentas. Igual hay periodistas que lo han hecho.
—¿Con Alberto Fernández volvería el tono de confrontación hacia los medios?
—Tengo una expresión de deseos: espero que no. Que la lección de los últimos diez años sea aprendida. Parte de la democracia es que cada uno se exprese sin temor a represalias. Espero que todas las voces tengan la posibilidad de formar parte de la esfera pública. Fernández ha manifestado que no llega con espíritu de revancha y que, por razones sociales, económicas, políticas y hasta culturales, entiende que se tiene que superar esa dialéctica de grieta, de abismo.
—¿Las fake news son un problema de qué magnitud?
—No lo sabemos. Sabemos que es un intento deliberado de un actor escondido que se aprovecha de la estructura de internet para engañar.
—¿La política se sirve de las fake news?
—Los partidos políticos son actores de la democracia y a veces contratan esas usinas de desinformación.