Este jueves 04 de abril saldrán a la calle representantes de todo el arco sindical argentino. El 4A surgió por la iniciativa de los gremios industriales de la CGT pero ganó en las últimas semanas adhesiones desde el Frente Sindical, las tres CTA y otros gremios distanciados de la conducción cegetista que hoy comparten Héctor Daer y Carlos Acuña.
“Marcha por la unidad, la producción y el trabajo argentino” es la consigna que difundió la CGT tras un encuentro el pasado lunes 01 de abril en el que acordaron los últimos detalles organizativos. Marcharán desde Plaza Miserere hasta el Congreso, donde entregarán un proyecto de ley, luego continuarán hasta Avenida de Mayo y 9 de Julio. Allí finalizará la manifestación sin acto. Más temprano se difundirá una solicitada con los reclamos centrales. No se hablará de paro. Al menos por ahora.
Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Omar Plaini, Héctor Amichetti y otros dirigentes del Frente Sindical también tuvieron su encuentro para ultimar los detalles en la biblioteca de Camioneros. Allí sí se escuchó el idea de proponer a la CGT avanzar con un paro. Expresiones similares hubo la semana pasada en la reunión de los gremios de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que también estará presente mañana en las calles.
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Las tres vertientes de las CTA, los estatales de ATE y los docentes de la CTERA acompañarán la marcha con reclamos propios y, en la mayoría de los casos, también piden que se anuncie la que sería, de concretarse, la quinta huelga general de la administración de Mauricio Macri. Los movimientos sociales de San Cayetano, Barrios de Pie - Somos, Ctep y CCC, acompañarán el reclamo sindical y continuarán hacia el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, en 9 de Julio y Belgrano, para pedir por la emergencia alimentaria, entre otros reclamos.
En tanto, las agrupaciones sindicales de la izquierda, como la seccional oeste del Sarmiento o los trabajadores del neumático y las agrupaciones piqueteras aliadas, como el Polo Obrero, tendrán una protesta paralela que pondrá el foco sobre la Plaza de Mayo, lugar que la CGT evitó en todas sus protestas de la era Cambiemos, y que han tenido en cambio como foco el Monumento al Trabajo, el Congreso y el Ministerio de Producción, la que más cerca llegó. Fue el 17 de marzo de 2017 y terminó con el atril robado.
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En aquel momento, como ahora, el debate es entre quienes quieren dar continuidad a los reclamos con un paro y los que prefieren no hacerlo. Un grupo importante de gremios que va más allá de los que integran hoy la CGT, mira con atención la negociación abierta con el Gobierno por un paquete de asistencia a las obras sociales y dos normas legislativas de su interés. Con mucho dinero en juego, cómo un refuerzo de 15 mil millones de pesos para el fondo de emergencia que atiende los casos más costosos que llegan a las obras sociales, algunos prefieren evitar una ruptura con el Ejecutivo.
Por otro lado, en el año electoral los líderes que coinciden en los reclamos contra Cambiemos, y saldrán a la calle mañana, están en muchos casos enfrentados por las candidaturas y los criterios de unidad que defienden. Mañana se encontrarán en la calle desde los lavagnistas del transporte, alterados por las últimas declaraciones del ex ministro sobre las Low Cost, hasta los docentes más cristinistas o los ferroviarios del Frente de Izquierda. A pesar de estas discrepancias, muchos de ilusionan con que el 4A marcará un antes y un después para la oposición al Gobierno.