POLITICA

Ganancias: La ortodoxia de Prat-Gay perdió la pulseada

Había negado la posibilidad de cambios,al igual que Marcos Peña. Pero la negociación en Diputados abrió otro panorama.

El ministro de Hacienda dijo que Ganancias no se sacaba del aguinaldo.
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"Ya bajamos el impuesto (a las Ganancias) al subir el mínimo no imponible en diciembre". La frase la dijo ayer por la tarde el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay cuando, en conferencia de prensa, explicó los alcances de la devolución del impuesto al IVA.

Minutos después, en Diputados, el presidente de la Comisión de Presupuesto Luciano Laspina, aceptó la propuesta del Frente Renovador y utilizó como moneda de cambio la exención de Ganancias para que el sector de Sergio Massa acompañara el proyecto de pago a jubilados y blanqueo de capitales.

En menos de una hora Prat-Gay quedó en offside y la política volvió a prevalecer sobre las proyecciones económicas. "Tiene un costo fiscal de casi 40 mil millones de pesos", había advertido el ministro. La realidad mostró la otra cara de la moneda. "La política maneja la economía", reconoció a Perfil.com un funcionario de Casa Rosada.

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Pero no fue el único que pisó en falso. Un día antes, en diálogo con periodistas, el jefe de gabinete, Marcos Peña afirmó: "Por ahora la reforma que se hizo en Ganancias es hoy por hoy lo que hemos podido hacer en este año". La necesidad de aprobar el proyecto para jubilados cuanto antes, según ordenó el presidente Mauricio Macri, cambió los planes.

La de ayer no fue la primera vez que la política debió negociar para frenar medidas económicas que perjudicaban a sectores medios y populares. El mejor ejemplo fue el tarifazo que puso en marcha el cuestionado ministro de Energía Juan José Aranguren. "Tengo un excel que cumplir", había dicho ante los pedidos de los intendentes. Las pymes del sur del país y los clubes de barrio pusieron el grito en el cielo y el ministro de Obras Públicas Rogelio Frigerio debió calmar los ánimos con algunas concesiones.

Canje. El macrismo está obligado a negociar y consensuar con la oposición todas las leyes que envía al Congreso. Si bien por un lado debilita los proyectos originales, obtiene importantes victorias políticas con cada aprobación, ya que genera el debate antes de que la medida sea promulgada.

(*) De la redacción de Perfil.com.