Fue una larguísima madrugada la del miércoles 16. Incluso los que nos fuimos a dormir, agotados, nos encontramos con que exactamente a las 4.25 de la mañana el vicepresidente de la Nación votaba finalmente en contra del proyecto oficial.
Un caso sin precedente cercano que, quiérase o no, revaloriza la imagen siempre débil del vicepresidente. En este caso, Julio Cobos. Un mendocino que, con la voz quebrada, anunció que no podía votar contra su conciencia. Horas después, mano a mano con una taza de café bien caliente, nos sentamos a comentarlo con el titular del radicalismo.
El senador Gerardo Morales es un hombre joven, moderado, de lenguaje cuidadoso pero que, pese a la noche en vela, desbordaba de entusiasmo.
—La verdad que ésta es una jornada histórica –sonríe francamente–. Yo creo que el conflicto del campo con el Gobierno, que explota con la Resolución 125, marca claramente un antes y un después. Me parece que es uno de los acontecimientos históricos que va a marcar el principio de este siglo. Y así como ha habido hechos que se relacionaron con la Revolución del Parque, la Ley Sáenz Peña, la Reforma Universitaria del gobierno de Yrigoyen, el gobierno de Perón o el de Alfonsín, el Grito de Alcorta, etc., esta rebelión del campo que empezó con un reclamo rural termina mutando en un reclamo del conjunto de la sociedad. Yo diría que tiene mil caras, porque guarda también muchos temas de debate pendientes en la sociedad argentina. Creo, honestamente, que esta rebelión por la justicia en la aplicación de tributos sobre la sociedad argentina ha puesto en debate la distribución de la riqueza, la matriz de generación de la riqueza y el agotamiento de un modelo de poder. Nos enfrenta a la discusión de cuál es el vínculo que debe tener un gobierno con la sociedad, y cuál el vínculo de la política con la sociedad. A la vez, replantea la posición de la sociedad hacia la política y las instituciones. Creo que todos estos son hechos que van a marcar un antes y un después. Le diré más: en el después, no todo va a ser igual. Me parece que hay cosas que van a cambiar. Se advierte en la calle que la gente ha reflexionado sobre cuál es la importancia del Congreso y las consecuencias de la división de poderes.
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