El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, anunció hoy que dejará la entidad tras doce años de gestión. En un balance informal de su tarea realizado en el marco de la presentación facsimilar de tres revistas dirigidas por el escritor Abelardo Castillo, aseguró que trabajó "al filo de la disidencia", en línea con la noción de una "cultura crítica".
"No tengo ganas de seguir, después de doce años tiene que venir otro. Creo que la Biblioteca está en una situación en la que quien venga debe ocuparse de respetar lo hecho, de mejorar lo que se tenga que mejorar y también criticar lo que tenga que criticarse, pero lo hecho es muy valioso como para no proseguirlo", evaluó el sociólogo.
"Creo que no seguiré. Debería para eso acallar muchas de las críticas que hice y me debería convertir en un funcionario más adecuado y no lo fui", se sinceró.
González, quien este año sufrió la extirpación de un riñón -con secuelas que arrastra como sus semanales sesiones de diálisis-, sostuvo al inicio del encuentro: "Vivo un tiempo medio dramático para mí porque estoy contando los días como los presos". Sin embargo, luego intentó corregirse: "Creo que dije una frase inadecuada pero bueno, no lo es si uno piensa que vivir es contar los días como los presos. Y cada día que pasa es pesaroso, estando o no preso".
"Fui un funcionario que habló mucho, que escribió, que dijo cosas que no siempre le gustaron al gobierno. Además a mí no me gusta ser funcionario, aunque lo encare con cariño, pero tampoco puedo seguir haciendo las cosas que venía haciendo. Me refiero a esto de opinar libremente, como lo hice cuando era profesor", explicó según indica Télam.
"No creo que pueda haber una continuidad -prosiguió González-. Acá hicimos un trabajo como al filo de la disidencia, entendido esto como algo extraño en la medida que es una institución gubernamental financiada por el Estado e hicimos algo por lo cual fue injustamente acusada la Bibioteca, como fue la reunión de un núcleo más partidario", aseguró en alusión a los encuentros de la agrupación Carta Abierta, de la que forma parte junto a otros intelectuales como Ricardo Forster y Eduardo Jozami.
"Y después también hicimos otra cosa contraria porque le dimos a esta institución rasgos de disidencia con las otras instituciones culturales, incluso con el Estado, porque entendimos la cultura contemporánea al modo de la cultura crítica".