Los íntimos que hablaron hace apenas una semana con Hugo Antonio Moyano recibieron un no rotundo como respuesta a la pregunta que marcó la semana sindical. El secretario general de Camioneros no quería saber nada con compartir el escenario con sus rivales en la CGT. El operativo fue insistente, hubo varias llamadas de Héctor Daer, una visita el martes de Héctor Capaccioli y una comitiva de la mesa chica de la central, que terminó por convencerlo de participar del plenario con el presidente electo, Alberto Fernández. Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Aysa) fueron los que consiguieron finalmente el sí, el jueves por la tarde.
El líder camionero llegó rodeado de sus más fieles, en un grupo compacto y numeroso. Un rezagado, que no alcanzó a entrar, motivó los empujones que retrataron ayer varios canales de televisión.
Muy poco para la masa crítica sindical que concurrió ayer al edificio donde los trabajadores despidieron a Eva Perón. En el cuarto piso, compartió abrazos y chistes con el presidente electo, ante la mirada atenta de quien fue su aliado y luego su enemigo jurado, Omar Viviani, el dirigente que lo dejó cuando Moyano se alejó de Cristina. El camionero también estuvo con los que calificó, en reiteradas oportunidades y de manera insistente ante sus íntimos, como cómplices de la debacle económica que adjudica al macrismo.
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Concluido el acto, almorzó con sus más cercanos en Camioneros. Declinó compartir el asado al que estaba invitado. En su círculo más cercano cuestionó el discurso de Héctor Daer porque, argumentó, adjudicó al conjunto de la CGT el haber detenido la reforma laboral que pretendía hacer la administración que comanda desde hace cuatro años Mauricio Macri.
Resistencia. En la semana, Moyano participó de dos eventos: una conmemoración por los 14 años de la contracumbre de Mar del Plata y una reunión del frente que integra. Allí buscó remarcar que el Frente Sindical en general, y Camioneros en particular, han sido los responsables de la resistencia ante los avances de Macri, con marchas, una misa multitudinaria en Luján y un paro general que comenzó con el impulso del Frente y terminó sumando a todos los sectores. Lo acompañó en la visita a la CGT su hijo Facundo. No fue Pablo, quien, para muchos referentes de la conducción de Camioneros, es el principal escollo para un acercamiento definitivo a una central donde Daer se perfila, por su liderazgo y cercanía con Alberto, como la principal figura de la conducción.
“Fue por Alberto, y apenas terminó el acto dijo ‘rajemos de acá’”, aseguró una voz muy cercana que compartió la visita de Moyano a la CGT y el edificio de Azopardo donde lanzó varios paros contra Cristina Kirchner, en alianza con Barrionuevo y las CTA. En algún momento el moyanismo pensó que los gremios de esa central alternativa podrían ser aliados para una vuelta, pero su alineamiento incuestionable con el kirchnerismo genera hoy más dudas que certezas. Lo mismo ocurre, aseguran cerca del líder camionero, con la alianza que había forjado con Sergio Palazzo, titular de La Bancaria y de la Corriente Federal. Fuentes del gremio bancario indicaron en cambio que no están “distanciados de nadie” y están “trabajando para acercar posiciones con todos los sectores y alcanzar la unidad de la CGT”. Hace una semana Palazzo almorzó con Fernández, un dato relevante, cuando aún hay importantes sectores sindicales que no han tenido su encuentro.
Barrionuevo, el gran ausente por sus diferencias con el kirchnerismo
Luis Barrionuevo fue, sin dudas, el gran ausente de la jornada de ayer en la CGT. El más antikirchnerista de los líderes sindicales, involucrado según él mismo contó en la difusión de los testimonios que dieron inicio a la llamada casa de la Ruta del Dinero K, no fue al edificio de Azopardo. Hubo, sí, varios dirigentes cercanos, como Hugo Benítez, de textiles, o el cosecretario de la Central, Carlos Acuña.
En el mundo gremial comentan que tiene también varios enfrentamientos y peleas con el presidente electo, Alberto Fernández. También se enfrentó con muchos de los referentes del PJ que participaron del acto: basta recordar su pelea, con cerrajeros y dictámenes judiciales de por medio, con José Luis Gioja por el control del partido en el que la jueza federal María Romilda Servini lo había designado como interventor.
Otro ausente de renombre fue el titular del Smata, Ricardo Pignanelli, quien al menos estuvo representado por su segundo, Mario Manrique. Según contaron varios dirigentes presentes en la cumbre realizada en el gremio metalmecánico el miércoles, con referentes del Frente Sindical, Pignanelli estaba entre los más reticentes a concurrir al plenario con Alberto de ayer. Como es costumbre, adujeron problemas de agenda y su adjunto fue en representación del sindicato, que se encuentra entre los más afectados por la crisis que golpea el sector automotor.
Juan Carlos Schmid, quien concentra los cargos de la Federación Naviera y Portuaria y la Confederación de los Trabajadores del Transporte (CATT), estuvo presente en el plenario, pero eligió el bajo perfil. A pesar de que por sus cargos y su trayectoria se le ofreció un lugar en el palco, decidió seguir desde la platea el acto con Alberto.
Hace una semana, la CATT sumó nuevos gremios y emitió un comunicado en el que se hacía público el pedido de un encuentro con el presidente electo. Según pudo confirmar este medio, el mismo lleva un mes sin encontrar respuesta positiva.