Javier Milei y Mauricio Macri: reencuentro, el lugar de Karina y las cuatro claves de la distancia de un acuerdo PRO-LLA
El presidente saludó efusivamente al líder del PRO, pero la tensión entre libertarios y "amarillos" complica un armado común. El rol político clave de la hermana del jefe de Estado, los problemas en el territorio y las peleas en Diputados. Cómo sigue el vínculo entre el oficialismo y uno de sus aliados.
Javier Milei, Mauricio Macri y Patricia Bullrich. |
Cedoc
“¡Presi!”. La sonrisa del jefe de Estado, Javier Milei, cada vez que lo ve a Mauricio Macri en un auditorio no la disimula. Tampoco ayer por la noche en la gala de la Fundación Libertad, donde lo saludó no bien subió a dar su alocución. Cuando terminó de hablar, bajó a saludar y allí cruzó un abrazo con el flamante presidente del PRO, quien estaba en una mesa al lado de Luis Lacalle Pou.
Macri fue uno de los oradores del evento – donde realizó un homenaje al fallecido expresidente chileno, Sebastián Piñera -, donde habló de las ideas de la libertad pero no hizo comentario alguno al Gobierno de La Libertad Avanza.
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En el salón Golden Center de Parque Norte, el mismo lugar elegido por Patricia Bullrich el año pasado como búnker para el día de las elecciones, la mesa principal incluyó a la ministra de Seguridad, al propio Macri – quien fue acompañado de Juliana Awada – y, minutos antes de que comience la alocución del presidente, la funcionaria más influyente de LLA: Karina Milei.
Justamente la secretaria General de la Presidencia, quien estuvo reunida a solas con Macri hace un mes, es quien hoy trabaja sobre el sello violeta en todo el país como armadora nacional libertaria. Es más: su hermano le delegó esa tarea, en la que prácticamente no participa.
En este marco, en estas semanas un posible acuerdo entre el PRO-LLA se desinfló bruscamente. En primer lugar, la propia Karina Milei se lo deslizó a Macri: su trabajo político este año se basará en lograr personería jurídica y armado con dirigentes territoriales en todo el país para hacer crecer el sello La Libertad Avanza. La “pureza” del proyecto. Para ello Lule Menem, quien es subsecretario de Karina, y Martín Menem colaboran.
Mauricio Macri con Juliana Awada en la cena de la Fundación Libertad.
En segundo lugar, sigue habiendo desconfianzas mutuas. En el PRO ven “mucho desorden” y “falta de horizonte claro” en lo político de parte de los libertarios. Por su lado en LLA no ven que haya que apurarse: los despachos de la Casa Rosada y la figura preponderante de Milei siguen en su poder. Incluso, durante el primer trimestre se lo escuchó a Santiago Caputo despotricar contra Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO en Diputados, y Diego Santilli, entre otros. A él se le suma el ministro del Interior, Guillermo Francos, quien siempre prefirió recostarse sobre un sector del Peronismo.
En tercer lugar, en muchos territorios gobernados por el PRO la relación entre dirigentes locales es de mala a pésima. Hay ejemplos visibles como en la Ciudad, donde Ramiro Marra y Eugenio Casielles pasan un mal momento con Jorge Macri. Es más: a pesar de los esfuerzos del vicepresidente de la Legislatura porteña, Matías López (hombre de Santilli) y del jefe del bloque, Darío Nieto, los libertarios quieren seguir su camino y no tienen un acuerdo.
Es más: durante noviembre había sonado Casielles para manejar la Legislatura y Jorge Macri decidió ir por otro camino. Las dos versiones corren: que el jefe de Gobierno efectivamente le ofreció el lugar y luego no tuvo espacio para dárselo y que tuvo que ceder a su primo Mauricio y al PRO; otra versión habla directamente de una promesa incumplida.
Con todo, la tensión entre el PRO y LLA se puede rastrear en otros casos son menos visibles. Por ejemplo: en Mar del Plata los concejales libertarios tienen un enfrentamiento abierto con el intendente Guillermo Montenegro. En la municipalidad los acusan de “pegar debajo del cinturón” y de ser “más opositores que La Cámpora”.
Javier Milei en la cena de la Fundación Libertad.
A esto se le suma un dato clave: las tensiones en Diputados no cesan. En especial, la pésima relación entre Martín Menem, presidente de la Cámara Baja, con Ritondo – quien asumirá en el segundo semestre como titular del PRO bonaerense -.
Ritondo viene planteando ante sus interlocutores la falta de maniobra política del sobrino del expresidente: ayer siquiera participó de una reunión clave por la Ley Bases donde se truncó un incipiente acuerdo por la reforma laboral ante una discrepancia entre la UCR y Miguel Pichetto.
Peor aún: en diciembre el presidente Milei tenía en mente designar a Ritondo al frente de Diputados y fueron Santiago Caputo, el asesor estrella, y Karina Milei más Guillermo Francos (ministro del Interior y quien pretendía a Florencio Randazzo en ese cargo) quienes lo voltearon.
Pero no es el único enfrentamiento abierto: en la bancada amarilla crece el malestar con Menem por cuestiones domésticas como el manejo de los viajes al interior de los legisladores que viven a más de 500 kilómetros de la Capital Federal y las demoras administrativas de todo tipo.
Además, no hay buena sintonía con el anárquico bloque libertario. Anarquía que el saliente presidente de la bancada de LLA, Oscar Zago, venía disimulando dada su amistad con Ritondo y la buena relación con buena parte del PRO dados sus orígenes: fue ocho años legislador porteño por la UCR PRO que anima Daniel “el Tano” Angelici, con quien se peleó tras obtener una banca en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Tiempos añejos para el libertario Zago.
A pesar de este escenario, ayer por la noche en la gala de la Fundación Libertad Macri soltó elogios al presidente. Expresó que se logró que “el conjunto de los argentinos entienda que la libertad debe ser tanto política como económica y libertad de expresión” y agregó que “este Estado enorme ha impedido que los argentinos podamos crecer”.
Luis Caputo,
“Todos esperamos que el presidente Javier Milei nos libere, está en una batalla épica”, cerró el líder del PRO. Apenas un gesto de un expresidente que, con el jet lag que le implicaba haber llegado desde Dubai, quiso mantener la buena sintonía con el oficialismo.
Eso sí: la cena tuvo un reencuentro más. El de Macri con Bullrich. Según contaron colaboradores de la ministra de Seguridad ella lo felicitó por su flamante presidencia del PRO. Hacía meses que apenas cruzaron algunos chats fríos de Whatsapp. Uno de los últimos fue cuando la ministra le deseó un feliz cumpleaños al expresidente en febrero.
