Aunque Daniel "la Tota" Santillán apoye el modelo, los militantes camporistas prefieren tenerlo lo más lejos posible. La "poca piel" entre la agrupación fundada por Máximo Kirchner data de años, pero cada vez que puede, el secretario general de La Cámpora, Andres "Cuervo" Larroque, hoy diputado nacional, la recuerda. Su detonante: la banda de cumbia La Clase K.
Oportunista. La última vez que Larroque un acto de militancia descargó sus dardos contra el cumbiantero fue el 14 de mayo en Santa Fe. En un acto de militancia, después de un show musical de la banda, el Cuervo los puso como un ejemplo de militancia.
"Hace cosa de cinco años, El Gato (Esteban Ramos, manager de la banda) me dijo 'tenemos que hacer una banda de cumbia social, porque está todo el tema de los Pibes Chorros', y él decia 'a nosotros nos gusta la cumbia y no somos chorros', y querían inventar, a través de la cumbia, una forma de expresarse", contó.
"Ahí fue que se armó la banda, le hicieron un tema a Cristina, que pegó en todos los medios, y al pegar en los medios aparecieron los vivos de siempre. Apareció la Tota Santillán, y tantos otros representantes, que vinieron a comprar la banda. Nos planteaban a nosotros que querían utilizar la banda para hacer un negocio", dijo Larroque, tildando a la Tota de oportunista.
El diputado habló con los chicos de Clase K y ellos rechazaron la oferta. "Ni en pedo vamos a ser el producto de una máquina de hacer negocios, el producto del marketing, preferimos seguir en el barrio, seguir de abajo", contó el Cuervo que le dijeron. Incluso reveló que una de las ideas de la Tota y los representantes era conservar solo el cantante y un músico. "Los pibes dijeron ‘ni en pedo’, nosotros vamos todos juntos o no vamos", los felicitó.
Acto seguido le pegó otra vez a Santillán. "Digo esto porque el mismo criterio lo tenemos que aplicar a la política, lo mismo le tenemos que decir a las Tota Santillán de la política. Nosotros vamos todos juntos, como generación y con un proyecto colectivo y ese es el ejemplo", gritó.
"Mentiroso". En diálogo con LIBRE, la Tota desmintió rotundamente haber querido comprar el grupo. "Nadie los quiso comprar, me pidieron de favor que los presente, y fui y los presenté", dijo enojado. "El que dijo eso es un mentiroso, se le digo de frente, yo sólo los presenté", agregó, dirigiéndose a Cuervo Larroque, que lo había acusado de querer lucrar con la cumbia social de La Clase K.
La relación entre la Tota y los K tuvo altibajos. En 2004, se peleó con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que había dicho que la cumbia villera era un factor del incremento de la violencia. Néstor Kirchner salió en defensa de Santillán. "Yo banco la cumbia villera", manifestó, reprochando a Alberto, por pedido de su hijo Máximo, fanático del género tropical.
Luego, en 2008, marchó junto a Guillermo Moreno, en la pelea por la 125, pero aclaró que no lo conocía. "Me copó que el tipo saltaba", explicó. Incluso, participó de homenajes a Kirchner. "Yo soy peronista", se define él, la Tota, el líder de la movida tropical, que está en la mira de La Cámpora. Un enemigo insólito.
(*) Publicado en diario LIBRE.
