La designación de Carlos Martín García como presidente de la Agencia Estatal Télam destapó una nueva interna en el seno del Gobierno. El nombramiento del periodista, padre del panelista de espectáculos Camilo García, tomó a todos por sorpresa en la agencia.
El nombre puesto para suceder a Martín Granovsky, que renunció el 22 de diciembre, era el de Sergio Fernández Novoa, quien desde hace meses actúa como presidente tácito de la institución. Sin embargo, García -cuyo currículum está ligado a medios partidarios y órganos de prensa oficial- apareció como un tapado y promete cambiar el estilo de la información de Télam, en vísperas del año electoral.
García fue designado el jueves 14 como "Presidente de Télam Sociedad del Estado" por el decreto 1459/2010, firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Según relató una fuente que pidió reserva de su identidad, todo “fue muy sorpresivo, porque Novoa estaba organizando el III Congreso Internacional de Agencias de Noticias en Mar del Plata, y hasta firmaba cada una de sus comunicaciones como vicepresidente a cargo de la presidencia. Es más: se jactaba de que Aníbal lo estaba por nombrar”.
El flamante presidente de Télam se autodefine como "comunicador, locutor nacional, guionista de historietas, periodista, productor, conductor de programas de radio, TV, productor ejecutivo de documentales, de series, director creativo de tres campañas políticas presidenciales y seis gubernamentales". También fundó y dirige la llamada Red Nacional y Popular de Noticias, conocida entre los militantes kirchneristas como "La Nac & Pop". Y además, participa de la Agrupación Oesterheld, otro espacio filo-K que reivindica la imagen del autor de El Eternauta, que tuvo una fuerte presencia en el último acto oficialista en el Luna Park, promovido por "Eternéstor" , un cruce entre el personaje y el ex presidente.
Novoa mantuvo el hermetismo tras su “no-designación”, aún a pesar de que el Gobierno también apartó a todos los gerentes que respondían a su autoridad. La limpieza en Télam no termina ahí: el viernes, confió la misma fuente, echaron a Jorge García, jefe de redacción, que era un hombre de Alfredo Corcho Scoccimarro, virtual secretario de Medios de la Nación, y de buena relación con Julio De Vido y Guillermo Moreno. García fue el periodista que entrevistó a Néstor Kirchner cuando renunció a la presidencia del PJ, después de la derrota electoral del 28 de junio de 2009.
“Voy si me garantizan el control de los contenidos”, fue la condición que antepuso García para hacerse cargo de la agencia. Su ingreso se interpreta como una radicalización del oficialismo ya reinante en Télam. “Quieren hacer un 6.7.8 al cubo”, afirman algunos trabajadores. Es que García es un viejo militante peronista, sin ninguna experiencia en medios informativos fuera de los partidarios, por lo que fue director de Comunicación Social en la provincia, director de Difusión Cultural en la Secretaria de Cultura de la Nación, Secretario de Cultura de Corrientes y Gerente de Comunicaciones de ANSES.
Según recordó el propio García en una entrevista, trabajó en la comunicación bonaerense entre 1987 y 1989. Después de eso "me sacan a patadas. Me hacen renunciar públicamente porque pidieron mi cabeza todas las asociaciones. Pero Cafiero me dio una asesoría en la radio para no quedarme en la calle. Me quede enganchado en la radio pero no hice un carajo. Iba todos los días pero no me daban un espacio. Aparte todo el mundo me veía y me cruzaba, era el quemo", afirmó.
Camilo, su hijo, está contento por la designación de su padre. "Es un reconocimiento a su trayectoria y tantos años de trabajo en medios comunitarios", expresó en diálogo con Perfil.com. "Mi viejo es un tipo muy creativo, va a hacer de Télam algo más popular", agregó el panelista de Viviana Canosa.
En la redacción, leen la sorpresiva designación como un "castigo" a Fernández Novoa, a quien siempre se le achacó priorizar su formación periodística en detrimento de la militancia kirchnerista. “El anibalismo se lo recriminaba siempre”, agrega la fuente. Otra actitud que molestaba a quienes digitan la comunicación gubernamental era que la agencia no estuviera presente en las marchas a favor de la Ley de Medios con banderas, al estilo club de fans de 6.7.8, aún a pesar de la gran cobertura gráfica y audiovisual que le daba al evento.