María Amalia Díaz lleva más de 25 años casada con José López. Como analista de sistemas, se jubiló del Poder Judicial de la provincia de Santa Cruz dos años atrás, pero años antes había formado la sociedad La Araceliti junto a su marido, empresa radicada en Tucumán.
Luego de que López fuera encontrado con unos US$ 9 millones, las cuentas bancarias de Díaz quedaron congeladas junto a las de su madre, Lucila Amalia Corvalán. Vivía junto a su hija Araceli (ver recuadro) en un departamento de la avenida Las Heras, en el barrio porteño de Recoleta. En este mismo edificio, pero en otro piso, vivirían otras dos hijas que la mujer de López tuvo con una pareja anterior.
La Araceliti (llamada así por la hija de ambos) fue creada por López y Díaz en 2006. La empresa se dedicó desde un comienzo a la producción de tabaco y caña de azúcar, y funcionó en la antigua casa de López en Tucumán. En 2009 expandió sus actividades hacia la construcción y la auditoría de obras públicas.
Desde la detención de López, el último martes, su mujer borró todas sus huellas en las redes sociales. Su cuenta de Facebook –en la que aparecía junto a López festejando su cumpleaños– fue cerrada, y desde su entorno aseguraron que se fue del edificio de Las Heras cuando le informaron lo sucedido.