El contexto científico rápidamente dejó paso a un entorno de mitin político y el escenario sirvió para el lanzamiento oficial de la campaña. La inauguración de Tecnópolis –en Villa Martelli– le sirvió a Cristina Kirchner para abrir el juego rumbo a las primarias de agosto. Lo primero que hizo, parada en un atril, fue saludar afablemente al gobernador Daniel Scioli. Después del cierre de listas, el gobernador se alineó como un soldado de la campaña kirchnerista y ella le retribuye el gesto con más amabilidad que la que supo tener en los últimos seis años, caracterizados por el distanciamiento entre ambos.
Scioli se puso al hombro la campaña. Su buena imagen es necesitada por el kirchnerismo para levantar el perfil del primer candidato a diputado nacional Martín Insaurralde. Y a Scioli le conviene ponerse la camiseta: si logra vencer a Massa, aun sin ser candidato, tendrá un rival menos de cara a 2015.
El segundo saludo de CFK fue para Insaurralde. Necesita mencionarlo para que arrastre a los seguidores del kirchnerismo, porque es desconocido para un amplio sector de la opinión pública. Sin seguidores, hay menos votos. La Presidenta apuesta a que, al menos, el intendente de Lomas de Zamora conserve el núcleo duro del peronismo bonaerense, que tiene un piso (¿y un techo?) del 30 por ciento de los sufragios. Con ese número, la pelea con Sergio Massa será más que reñida. Un triunfo ajustado de alguno de los dos no cambia el escenario de cara a 2015. Es la apuesta kirchnerista.
El mensaje breve de la Presidenta en Tecnópolis –duró alrededor de 10 minutos– contuvo también planteos de tono general. “Les pido a todos los argentinos, piensen como piensen, sientan como sientan, que todavía tenemos una inmensa deuda social que cubrir y que tenemos que hacerlo con el esfuerzo de los que han tenido o tienen una oportunidad”.
Luego añadió que “la dignidad nacional se sostiene con más ciencia, más tecnología y más educación para que los chicos puedan aprender y elegir”.
Aturdida por los cánticos de La Cámpora y Kolina, la jefa de Estado bajó línea a la tropa: “Sin unidad ni organización no se llega a ninguna parte”. Una alusión velada al movimiento Unidos y Organizados que ella misma lanzó en la cancha de Vélez en 2012.
Para la campaña, Cristina eligió como jefe operativo al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Y para la comunicación, a Alfredo “Corcho” Scoccimarro, su vocero. La lógica audiovisual de la campaña tendrá similitudes con la de 2011.
Hace dos años, el eslogan previo a la campaña era “La fuerza de”. Esta vez será “Eligiendo” y alternando esa palabra con un mismo fin: atraer votos. “Elegir el amor y no el odio” es una de las frases que se usarán. “En la vida hay que elegir bien”, es otra. Los militantes ya pegaron carteles en todo el Conurbano con la cara de Cristina junto a la de Insaurralde. En la Capital Federal también aparecieron algunos. En el acto estuvo buena parte del gabinete y como invitado especial, el ministro de Ciencia de Brasil. Este año, el vecino país tendrá un stand en la feria de Villa Martelli.