POLITICA

La renuncia de Bielsa deja al desnudo la cruda interna del PJ santafesino

En Santa Fe miran con preocupación a Rossi, más preocupado por la Rosada que por la Provincia. Los acuerdos con el socialismo y el ninguneo hasta el hartazgo.

Otros tiempos: Rossi y Bielsa en mayo de 2006.
| Telam

Todos la señalaban como una talentosa mujer del peronismo. Fue vicegobernadora, concejala en Rosario y en 2011 ganó con holgura una elección donde el kirchnerismo llevaba todas las de perder. María Eugenia Bielsa parecía reunir las condiciones para liderar el PJ santafesino, pero hace pocos días renunció a su banca de diputada provincial y acusó a Agustín Rossi de realizar “pactos espúreos” con el oficialismo, que “sólo piensa en sus intereses” y “se acuerda de la unidad cuando se arman las listas”. Ni siquiera el apoyo personal de Cristina Kirchner o los galardones obtenidos en las urnas alcanzaron para imponerse al kirchnerismo conducido por Rossi.

La renuncia puso al desnudo algo que muchos intendentes dicen en voz baja desde hace varios años. “Con Rossi no se puede trabajar porque siempre hace lo que quiere, no es confiable”. La frase, en diferentes versiones, es repetida por jefes comunales e intendentes santafesinos , la mayoría hoy bajo el liderazgo del diputado nacional Omar Perotti y del secretario de Transporte Alejandro Ramos, ambos ex intendentes de pequeñas ciudades del interior santafesino. Es que mientras Rossi disfruta de una enorme exposición mediática en Buenos Aires y aparece como un líder kirchnerista con cierta mística que le da la trayectoria, los referentes del interior provincial ven un líder distraído por los asuntos del gobierno central, que mira más a la Casa Rosada que a la Casa Gris en Santa Fe.

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Conocedor del trabajo legislativo, Rossi controla tanto la Cámara de diputados nacional como la provincial, esta última a través de su bloque que sigue de cerca al Frente Progresista gobernante. El ingreso de Bielsa a la Cámara Baja fue visto por Rossi como una amenaza que podría poner en riesgo su liderazgo del PJ, obtenido ajustadamente en las últimas internas abiertas. Es por eso que trabó la designación de María Eugenia Bielsa como presidenta de la Cámara de Diputados y logró imponer en su lugar a Luis Rubeo, un fiel ladero que retuvo el control para Rossi del canal primordial de negociación con el gobierno del socialista Antonio Bonfatti.

A pesar de haber su masivo apoyo en votos, su fuerte lazo con Rosario –un distrito mayoritario- y de su experiencia política en la provincia, Bielsa fue corrida de las decisiones y, sobre todo, ninguneada en las comisiones hasta apartarla del bloque kirchnerista. “Se hartó”, dicen con resignación los militantes cuando Perfil.com pregunta las razones de la dimisión.

El detonante fue una serie de designaciones en el ámbito judicial donde el socialismo y el kirchnerismo –sin Bielsa- armaron los pliegos y condiciones y dieron visto bueno en Diputados sin consultar con su sector, que una vez más se vio afuera de las decisiones. Esto sucede en el marco de una faraónica reforma judicial en Santa Fe que comenzó con Hermes Binner y que es un emblema del socialismo. Bielsa, referente de un sector más duro con el binnerismo que el de Rossi, vio el acuerdo como una traición y decidió reclamar con el gesto de renuncia y una carta de diez páginas donde denuncia un “pacto espúreo” con “fines personales”.

Con la legislatura tomada por el rossismo, Bielsa ni siquiera “hizo territorio” fuera del Gran Rosario. Las permanentes recorridas por el interior de Santa Fe, obligatoria para todo candidato, no eran comunes en María Eugenia, que apoyaba su poder entre os gremios y el futbol, dos espacios claves de la política rosarina. Pero la ausencia de giras le negó el respaldo de los intendentes, quienes eligieron a Perotti y Ramos como líderes, sin considerarla una opción. Hoy son ellos los rivales de Rossi en la interna quien, sin embargo, los mira de lejos, ya que la contienda se reduce a una puja de fuerzas, pero en la legislatura el poder de Rossi sigue siendo indiscutible, sobre todo después de la renuncia de Bielsa y la asunción de José Tessa, candidato de Nuevo Encuentro y alineado con Rossi.

Tampoco el entorno presidencial favoreció la carrera de Bielsa. Aunque Cristina Kirchner la recibió días después de la elección donde fue la candidata más votada, no tuvo ningún otro gesto de apoyo desde entonces, e inclusive busca alinear a los intendentes del PJ por su cuenta. Mientras Bielsa renunciaba y Rossi conseguía el quórum para votar el pacto con irán en Diputados, Julio De Vido realizó un acto con intendentes peronistas reclutados por Perotti y Ramos, donde repartió centenares de millones en obras públicas para sus municipios. La Casa Rosada estira su propio brazo y pasa por arriba de Bielsa, que no vio espacio en el PJ para su proyecto e intentará formar una lista disidente que nadie ve, hasta ahora, con mucho entusiasmo.

(*) Especial para Perfil.com.