La crisis económica que supuso la pandemia de coronavirus está impactando de lleno en las arcas de la Ciudad. En ese marco, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, está terminando de confeccionar los últimos detalles para enviar un proyecto de ley para declarar la Emergencia Económica en la Capital Federal con el fin de destinar recursos que no se utilizarán para luchar contra el Coronavirus.
Además, la iniciativa, cuyo borrador tuvo acceso PERFIL, supone también la suspensión de la gran mayoría de las obras públicas que tenía planificadas la Ciudad para este año, un freno al gasto corriente (personal de planta política) y el diseño de un nuevo sistema de compras.
“La idea es que podamos usar fondos que estaba contemplados para otros fines, por ejemplo, eventos de gastronomía, de cultura o espectáculos masivos que no se pueden hacer. Queremos que esos recursos ociosos vayan al sistema sanitario, a seguridad y a desarrollo social”, explicó una fuente oficial. La reasignación de partidas pretende tener el aval de la Legislatura porteña, aunque, según explican en el bloque del PRO que manejan los peronistas Agustín Forchieri y Diego García Vilas, la ley de Presupuesto contempla esta posibilidad ante una emergencia sanitaria.
La semana pasada el ministro de Hacienda porteño, Martín Mura, expuso, vía videoconferencia, ante los legisladores oficialistas y opositores los principales lineamientos de la iniciativa. Mura, junto al jefe de gabinete, Felipe Miguel, son quienes trazan, por estas horas, las últimas puntadas al proyecto que podría tratarse entre la última semana de abril y la primera de mayo.
Paralelamente, las obras públicas quedaron en stand by este 2020. Por caso, ciclovías, el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, tres líneas de Metrobuses, las estaciones de los Viaductos y las estaciones de subte así como la incorporación de formaciones deberán esperar. Lo único que se hará tiene que ver con el mantenimiento, en especial de espacios públicos.
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Por otro lado, también se trabaja en un nuevo sistema de compras. Si bien no se trata de una centralización, ya que resultaría prácticamente imposible (hoy cada ministerio realiza sus propias compras), en el Gobierno porteño trabajan bajo la idea de que haya un “apoyo” general desde Uspallata, la sede central del GCBA. En este sentido, una de las decisiones fue cortar el ingreso de personal de planta política hasta nuevo aviso.
El escenario en la Capital Federal no es nada fácil: la caída del principal impuesto que sostiene el Estado porteño, Ingresos Brutos, cayó cerca del 40% por la falta de actividad comercial. Es el gravamen que explica seis de cada diez pesos que ingresan en las arcas del GCBA.
En este contexto, se decidió ampliar, con un bono a proveedores con el respaldo del Banco Ciudad, la refinanciación de unos $9.000 millones para contratistas de la Ciudad. “Esto nos permite que no haya problema de liquidez de caja para la emergencia sanitaria”, reflexiona una fuente oficial.
Con todo, en el proyecto de Emergencia Económica le pedirá al “Poder Judicial y al Poder Legislativo, al igual que los organismos descentralizados” (como el Ente de Servicios de Públicos) que se “sumen al esfuerzo”.
