El Gobierno está cada vez más preocupado. Con el congelamiento de los fondos de las AFJP en el
exterior, la estatización del sistema de jubilaciones amenaza con pasar de ser un problema en el
frente interno a ser un
escándalo de proporciones internacionales.
Interpuestos por
tenedores de bonos argentinos en default, los pedidos de embargo comenzaron a caer
en la justicia estadounidense el miércoles pasado y, desde entonces, no pararon. Hoy, los reclamos
de congelamiento de fondos
suman más de 500 millones de dólares, aunque esta cifra podría ascender hasta los
3000 millones si se suman bonistas europeos.
El argumento de los acreedores de la Argentina es que si el Gobierno estatiza las AFJP, los
fondos de las administradoras en el exterior pasan a ser del Estado. Desde el Gobierno, sin
embargo, responden que
los fondos previsionales son intangibles y que, en todo caso, le corresponde a las
AFJP defender en el exterior los activos que, por ahora, siguen administrando.
Lo cierto, sin embargo, es que si prosperan estos pedidos de congelamiento de fondos
traban el plan del Gobierno de repatriar los fondos de jubilaciones pero, además,
complican la pulseada oficial por contener el dólar. La idea era que cuando las
AFJP introdujeran divisas al país, el dólar se estabilizaría solo, asegura esta mañana el
diario
El Cronista.
La dimensión que puede alcanzar este problema se definirá el próximo jueves, cuando el juez
neoyorkino
Thomas Griesa se reúna con los representantes de los bonistas y los abogados
argentinos. En ese momento, al Gobierno le tocará convencer al magistrado que viene tratando el
tema de los
holdouts que no usará el dinero de las AFJP para otra cosa que no sea el pago de
jubilaciones.
De prosperar el embargo, quedarán congeladas las cuentas de las administradoras en los bancos
Citibank, Standard Americas, Standard New York, y Standard New York Securities.