No fue magia. La frase que inmortalizó el kirchnerismo puede utilizarse para observar el delicado momento político que atraviesan los dirigentes del PRO que apoyaron a la vicepresidenta electa Gabriela Michetti en su carrera por ser jefa de gobierno porteño a principios de año, contra Horacio Rodríguez Larreta.
A medida que fueron pasando los días, comenzaron a notar que los principales puestos de poder en el gabinete de Mauricio Macri lo ocuparon otros dirigentes. Ellos debieron conformarse con mucho menos. Y en algunos casos, el futuro es aún una incógnita. En política, como en la vida, las decisiones traen consecuencias. Y acompañar a Michetti contra lo que deseaba el líder del PRO, es una de ellas.
En el Ministerio de Seguridad de la Nación todos daban por hecho que a partir del 10 de diciembre desembarcaría Guillermo Montenegro, que tiene ese cargo en la Ciudad y fue el creador de la Policía Metropolitana en 2010.
Montenegro fue uno de los mayores aliados de Michetti en la interna de la Ciudad. La semana pasada Macri decidió darle el ministerio a Particia Bullrich, con menos experiencia que él en ese área. ¿Irá a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI)? Es lo que espera como premio consuelo el funcionario, aunque varios hombres del PRO filtraron que su amistad con Fernando Pocino podría jugarle en contra. El otro cargo que se menciona para él es la embajada de Colombia. Suena más a exilio que a responsabilidad.
Otro que fue enviado al ostracismo tras su apoyo a Michetti fue Oscar Moscariello, legislador porteño y vicepresidente de Boca Juniors. Según pudo confirmar Perfil.com, finalmente no fue ni siquiera nombrado al frente de Yacyretá (irá Humbero Schiavone), una suerte de premio consuelo tras reclamar la Cancillería. A partir de diciembre será auditor de la Ciudad.
Mientras tanto, el actual ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, espera consolarse como presidente de Aysa, un cargo muy menor en comparación a su tarea diaria en la Ciudad. Jugar del lado de Michetti le costó caro al histórico ladero macrista en Socma.
Por su parte, el ministro de cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, aspiraba a conducir el mismo ministerio a nivel nacional (quedó Pablo Avelluto) o la cartera de Turismo (fue nombrado Gustavo Santos), ya que dirigió el ente porteño.
Sin embargo debió conformarse con el manejo de los medios públicos, cargo que dependerá de mayores novedades para asumir, ya que el actual funcionario, Tristán Bauer, dijo que no piensa renunciar.
Por último, el actual presidente del bloque del PRO en la Cámara de Diputados, Federico Pinedo, pasará al Senado. El dirigente fue otro de los que apoyó en ujn 100% a la actual vicepresidenta. Es de los pocos que pueden sentirse a salvo. Su principal preocupación será lograr que los proyectos de Cambiemos no se detengan en una Cámara que le promete ser esquiva. Trabajará con Michetti.
¿Quedará lugar para funcionarios cercanos a la mujer que enfrentó a Larreta en la gestión de la Ciudad? Todo parece indicar que no, aunque habrá que esperar a que se conozca el gabinete porteño tercero en orden de prioridad para el presidente electo, detrás del armado de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires.
(*) De la redacción de Perfil.com.