La Justicia dictaminó que los casi 800 mil dólares que intentó ingresar al país el empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson en 2007, destinados presuntamente a contribuir a la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, sean decomisados y empleados por el Estado “con fines sociales reparatorios”.
La decisión fue impartida por el magistrado en lo Penal Económico Pablo Yadarola, quien dictaminó el embargo “definitivo y anticipado a favor del Estado” de los 790.550 dólares que fueron encontrados en la valija de Antonini, que ingresó al país el 4 de agosto de 2007 en el marco de la visita del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez.
El juez solicitó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que el gobierno nacional establezca el “mejor destino en términos de utilidad pública (salud, educación, o cualquier otro) para que la suma de dinero decomisada en esta causa pueda reparar, en alguna medida, el daño causado a la sociedad con motivo del suceso objeto de pesquisa”. Asimismo, también exhortó a la Unidad de Información Financiera (UIF) para que “preste colaboración en la materialización de la medida”.
Entre los argumentos, el juez precisó que “ninguno de los imputados en la causa, pese a haber transcurrido casi nueve años de los hechos, reconoció ser propietario de la suma en cuestión, y nadie reclamó la devolución del 50% del monto secuestrado, pese a que el procedimiento administrativo infraccional lo admitía”.
La valija. El caso estalló en 2007, en vísperas de la visita al país de Hugo Chávez, cuando Antonini arribó al aeroparque Jorge Newbery en un avión privado contratado por la empresa estatal Enarsa, que provenía de Caracas.
Al pasar por la Aduana, Wilson adujo que en la vaija llevaba “libros”, pero los controladores descubrieron el dinero. Con él viajaban dos entonces funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner: el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa; y el titular del Organo de Control de Concesiones Viales, Claudio Uberti. Antonini Wilson pasó tres días en el país, participó en la recepción oficial brindada a Chávez, y luego viajó a Miami, donde reside. Al año siguiente, en declaraciones a la cadena de noticias CNN, dijo que el dinero secuestrado “era de Pdvsa”, la petrolera estatal venezolana, y
estaba destinado “para la campaña presidencial de Cristina Kirchner”.