En Juntos por el Cambio Córdoba ya dan por sentado que el escrutinio definitivo no se revertirá y que Martín Llaryora será el próximo gobernador electo. Pese a las duras declaraciones vertidas por Luis Juez en los últimos días, que incluyeron denuncias de “reparto de drogas” a cambio de votos, en la oposición cordobesa entienden que la pelea por los votos ahora se centra en la Legislatura local y en el Tribunal de Cuentas.
Según estiman, el escrutinio definitivo estaría terminado para el miércoles de la semana entrante. Este viernes, se terminó de escrutar la capital que concentra cerca del 40% del padrón provincial. La ventaja que tiene Llaryora sobre Juez es de 56 mil votos y podría redondearse en 60 mil. Llaryora cosechará cerca del 43% de los cotos, mientras que Juez el 39%. La comparación con la elección del 2019 muestra un cambio sustancial en el mapa cordobés. En el ‘19, Juan Schiaretti cosechó el 57% de votos. Además, el gobernador contemplaba un sólido triunfo para su proyección nacional.
Con el sistema de Boleta Unica de Papel, JxC ya tiene garantizado una composición de la Legislatura cordobesa mucho más pareja, lo que obligará a Llaryora a buscar consensos. Hay paridad entre los legisladores por distrito único y hasta el momento JxC tiene ventaja en los legisladores por departamento (14 a 12). Con todo, el oficialismo local perdió la primera mayoría y el quórum propio. Otro punto central es la disputa por el Tribunal de Cuentas que tiene la característica de auditar en “tiempo real” las erogaciones del Estado provincial. Ello podría convertirse en un dolor de cabeza para el próximo gobernador. JxC mantiene una ventaja de 6000 votos y Juez colaría dos hombres de su confianza al organismo que desde el 83’, jamás tuvo mayoría opositora.
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Pese a lo ajustado del triunfo, en los sondeos provinciales Schiaretti asoma como favorito en la carrera presidencial pese a que a nivel nacional, la opción cordobesa pierde peso. Entre los precandidatos de JxC Bullrich aparece como favorita ante Rodríguez Larreta, quien intentó incorporar a Schiaretti al frente días antes del cierre. La impronta anti K de Córdoba le otorga a Bullrich una luz de ventaja, sin embargo, hay quienes creen que si Larreta logra reforzar el perfil de gestor en territorio cordobés, podrá “robarle” votos al gobernador quien también refuerza su figura basado en la gestión en el “hacer”.
