POLITICA
ex titular de la camara de la construccion

“Macri me creyó más a mí que a su propio padre y ahora es presidente”

Fue el sostén de la carrera del líder PRO, quien lo considera su papá afectivo. Revela que votó a Scioli y que cuando negoció con López nunca le pidieron “ni diez centavos”.

Ahijado. Conoce a Macri desde chico. Dice que con él el Presidente “no puede hablar de política, puede escuchar de política”. Y que llama a su secretaria, Anita, “cuando Mauricio hace algo que no me g
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Si Franco presionaba y muchas veces humillaba a Mauricio, Gregorio Chodos siempre representó una cara más compasiva para el actual presidente. Así fue como reemplazó en parte a la figura de Franco: “Gregorio es como un padre para mí”, llegó a decir Mauricio Macri. Histórico líder de la Cámara Argentina de la Construcción, Chodos conoció a Franco en 1962, cuando Mauricio era casi un bebé. Fueron amigos, socios y vecinos. Pero no sólo cumplió el rol de padrino, ante la falta de estímulos por parte de Franco: desde una perspectiva más desarrollista que la formación liberal de Mauricio, fue una especie de tutor político. Lo alentó y acompañó en el salto desde la patria contratista a la puja por la conducción del Estado. Hoy, a los 80 años, olvidadizo o memorioso, según el tema, y ya semirretirado de la Cámara, es un crítico severo del Gobierno. Mientras fuma sus dos cigarrillos diarios, reivindica a Julio De Vido y sigue sorprendido por el triunfo de Macri, candidato al que no votó.

—¿Cuándo supo que Macri iba a ser presidente?
—Yo se lo anticipé. La primera vez, él se quedó callado. Le pregunté qué le pasaba. De locos, “estoy cansado”, me contestó.

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—¿Cuándo fue?
—Hace muchos años. En la quinta de ellos en San Miguel. Nosotros éramos vecinos: yo iba a la de ellos y ellos venían a la mía. Jugábamos al golf. Ahí conocí a Franco: le gustaban mucho las señoras y nos hicimos muy amigos.

—Y en la elección presidencial: ¿que esperaba?
—Mi candidato era Scioli. Todo el mundo pensaba que iba a ganar Scioli. Pero la señora (por Cristina Kirchner) se mandó una cagada brutal. Lo puso de candidato a gobernador a él (Aníbal Fernández). No lo votó nadie. Si hubiera puesto al chico del ferrocarril (Florencio Randazzo) o al de Diputados (Julián Domínguez), el presidente no habría sido Mauricio. Son esas cosas que pasan en la historia.

—¿Usted no votó a Mauricio?
—Voté a Scioli. Yo no pensé que ella iba a hacer el disparate que hizo. Si no, Mauricio no ganaba. Tampoco Vidal: la más sorprendida fue ella misma.

—¿No le tenía confianza a Macri?
—No era un problema de confianza. Scioli era nuestro candidato.

—¿Con “nosotros” a quiénes  se refiere?
—A la Cámara de la Construcción. César Polledo, fundador de la Cámara, una vez me dijo: “Nuestro cliente es el Estado: siempre somos oficialistas”. Esa contestación sigue vigente: si nuestro cliente es el Estado, tenemos que negociar con ellos.

—Con el kirchnerismo, a la Cámara le fue bien.
—Nos fue bien en los último doce años. Tampoco nos va mal ahora, a pesar de que hay demora en los pagos y un poco de desempleo.

—¿Cuál fue su relación con el ex secretario de Obras Públicas, José López, a quien conoció bien?
—Yo hablaba mucho con López, pero nunca hice obras con él. Hice muchas viviendas con gobernadores e intendentes, pero no por un contrato directo con Nación.

—¿Alguna vez pagó y le pidieron una coima?
—Nunca me pidieron ni diez centavos.

—¿Qué opina del ex ministro de Planificación Julio De Vido?
—De Vido fue un muy buen ministro. Nunca vi a nadie a quien le haya pedido plata. Puede haber pasado, pero yo nunca lo vi.

—¿Cómo ve al gobierno de Macri?
—Lo veo débil. No tiene estructura partidaria. El PRO no es una estructura partidaria.

—¿Usted se define como peronista?
—Soy peronista. Tuve una relación con Perón que nadie tiene. Lo visité en Puerta de Hierro, y forjamos una relación muy rápida.

—¿Qué es el PRO?
—Una casualidad.

—¿Cómo fue el salto de Macri desde Socma a la presidencia de Boca?
—Recuerdo que fuimos a dar una vuelta en auto. Me pidió y me insistió para que lo apoyara. Al final le dije: “Vas a perder”. Pero no perdió.

—¿Buscaba su aprobación?
—La relación con el padre era, y es, complicada. Franco no quería saber nada.

—¿Franco no le daba el lugar que Mauricio pretendía en las empresas?
—No es así totalmente. Franco entendió más a Mauricio que él al padre. Entendió el lugar de cada uno. Mauricio tenía un lugar en la empresa, pero decidió irse.

—¿Habla de política con Mauricio?
—Sí, hace cuatro días hablamos. Pero conmigo no puede hablar de política, puede escuchar de política.

—¿Mauricio entiende de política?
—Si no, no sería presidente.

—Pero al principio, cuando ustedes empezaron con la fundación Creer y Crecer, no sabía demasiado.
—Ahora no sabe mucho más. Se va siendo presidente todos los días. Y él tuvo una buena elección: Marcos Peña. Es un tipo capaz de 360 grados, y que el sistema aceptó bien.

—¿Qué rol cumple el empresario de la construcción Nicolás Caputo?
—Empezó con Mauricio a los 6 años: iban al mismo colegio y se hicieron muy amigos. Toda la vida estuvieron juntos. Fueron socios y colegas políticos.

—Pero Caputo no es político.
—Está en un lugar que tiene que ver con la política. Mauricio lo escucha mucho, quizás no tanto en política. Pero la amistad le da la posibilidad de decir lo que quiere.

—¿Qué críticas le hace al Gobierno?
—Hablo casi todos los días con Anita, la secretaria. Cuando Mauricio hace algo que no me gusta, la llamo.

—¿Siente que fue como un padre para Mauricio?
—Es la verdad.

—Pero él tiene un padre.
—Mauricio me creyó más a mí que a su propio padre. Y ahora es el presidente de la Argentina.

De Frondizi a Perón. En la educación de Macri, Chodos compensó la influencia más liberal y conservadora de la rama materna de su familia: los Blanco Villegas. El empresario de la construcción solía organizar cenas con dirigentes políticos en su palacete de Luis María Campos y José Hernández, en Belgrano. Una vez, el invitado fue el ex presidente Arturo Frondizi. “Le pedí a Mauricio que viniera. Tenía veintipico de años. Estuvo sentado, escuchó y casi no habló, que fue lo que le pedí que hiciera”, recuerda Chodos. Entre sus varias fotos con figuras públicas, el padrino de Macri tiene una junto a Juan Domingo Perón: “Al amigo Gregorio Chodos, con afecto. Madrid, 2 de marzo de 1966”, dice debajo de la firma.

El otro hijo, funcionario K. Hasta hace poco tiempo, la relación de la Argentina con el FMI estuvo a cargo del hijo de Gregorio, Sergio Chodos. El ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, reemplazará en las próximas semanas a todos los representantes en organismos multilaterales de crédito, como el FMI y el Banco Mundial.

Sergio Chodos fue director y vice-superintendente de bancos del Banco Central (hasta 2012); formó parte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses y fue ideólogo del proyecto de estatización de las AFJP junto a Amado Boudou.

También participó como parte del equipo económico del ex ministro Roberto Lavagna de las negociaciones de deuda soberana. “Prat-Gay me gusta. El trabajó en la Unión Argentina de la Construcción. Es un tipo muy meticuloso y tranquilo. Y a pesar de que se peleó con Sergio, porque no quería que siguiera en
el Fondo, yo lo aprecio mucho”, afirma Chodos, sin rencores por la destitución de su hijo.