El presidente Mauricio Macri se disponía a pasar un apacible día en su quinta Los Abrojos, entre el dolor de su costilla (fisurada el viernes a la noche) y juegos con su hija Antonia.
La supuesta noticia de la detención de los prófugos del triple crimen de General Rodríguez lo había tranquilizado: a media mañana su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le había informado que estaban bajo custodia en la provincia de Santa Fe.
En ese momento se comunicó con su jefe de Gabinete, Marcos Peña, y ensayaron unas palabras de felicitación por Twitter. Sin embargo, todo se desvaneció cuando se conoció la falsa noticia de la triple captura. Sólo Martín Lanatta estaba detenido.
Rápidamente, ordenó a sus ministros que no abandonaran el viaje que tenían previsto a Santa Fe y que lo mantuvieran informado sobre la situación de los dos prófugos. “Tenía confianza, la información que le llegaba encuadraba con que estaban cercados y que en cualquier momento los agarraban, por eso creímos que era cierto”, explicó uno de los funcionario de la Casa Rosada.
El presidente siguió de cerca tanto el traslado de Martín Lanatta como los nuevos operativos en la provincia de Santa Fe para recapturar a los dos prófugos.
Le pidió a Patricia Bullrich enviar un mensaje optimista en su alocución y no salía de su asombro del error al que arribó su propio gobierno. Además, le ordenó a la ministra de Seguridad investigar cómo se sembró la supuesta “pista falsa” que los llevó al error. Son las medidas que buscarán revertir el traspié de ayer.