POLITICA
RENEGOCIACIÓN

Massa patea la visita al FMI, apunta a la unidad y a calmar ansiedades

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| G.P.

El ministro de Economía, Sergio Massa, seguirá al mando de esa poltrona y se espera con mucha inquietud la apertura de los mercados mañana, con la coronación a su candidatura presidencial por el oficialismo.

En lo inmediato tiene que resolver el pago unificado de los vencimientos de este mes, a solo una semana de concluir junio. El equipo técnico acelera las discusiones y las explicaciones informales de qué fue lo que pasó este acalorado fin de semana político y de cierre de listas en el país; en Estados Unidos requieren traducción.

Lo cierto es que, por ahora, tras la confirmación de su candidatura, Massa dejó en stand by su viaje a Washington. Así calma las ásperas consideraciones del sector más radicalizado de la coalición gobernante sobre el organismo internacional de crédito y consolida su figura de unidad dentro del oficialismo.

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Apuesta a fortalecer con acuerdos las diferencias que aún persisten. Y, en su entorno, siguen insitiendo en que el poder de fuego del ministro y candidato único es su gestión.

“Ordena con poder político y logra mesa de acuerdos”, sintetizan quienes más lo frecuentaron en las últimas horas. Ya apuestan a que logrará un sendero de estabilización en el futuro inmediato.

Y apuestan a que el tigrense es garantía de estabilidad y gobernabilidad. Massa se para en la unidad para plantear responsabilidad en la gestión y en su mesa chica consideran que será exitoso en romper con la grieta con la que no pudo el presidente Alberto Fernández.

De todos modos, en lo inmediato hay desafíos agudos en el horizonte. No solo la negociación con el Fondo, cuyos funcionarios aún no saben si es una fortaleza o una debilidad negociar con un ministro que podría ser presidente, ya que en ese organismo descuentan que habrá que redefinir íntegramente el acuerdo con el próximo gobierno (sea el que sea). Para el gabinete económico, en este sentido, no hay preocupación. Asemejan el caso Massa al de Emmanuel Macron, el presidente francés que también fue titular de Hacienda.

Más allá de las comparaciones, lo cierto es que en el horizonte económico sigue asomando la turbulencia más temida: una inflación anual de tres dígitos. Hasta ahora el ministro únicamente pudo dar una señal concreta de desaceleración: el dato de mayo en relación a abril, que pasó de 8,4% a 7,8% y que, a esta altura del mes, ya parece preanunciar un piso de 7% mensual para junio. Mucho más de lo que varios países limítrofes tienen en todo un año. Argentina es dinámica.