Marta Gabriela Michetti asumió ayer el cargo que Mauricio Macri le tenía destinado desde fines del año pasado. La mujer que había desafiado a su líder político con un rotundo “no” a acompañarlo en la fórmula presidencial vio torcer su destino y se convirtió a los 50 años en la primera vicepresidenta de la Nación desde la recuperación democrática.
Con un delicado vestido color marfil y de peinado semirrecogido, la protagonista femenina del PRO encabezó la escolta que recibió a Macri en el Congreso alrededor de las 11.30. Siempre acompañada de su novio, el empresario Juan Tonelli, Michetti incluso subió al balcón de la Casa Rosada, cumplió con los pasos de rigor en el Salón Azul, atravesó el Salón de Pasos Perdidos e ingresó al recinto por una pequeña rampa montada para la ocasión. La dupla presidencial fue recibida de pie y entre aplausos por los presentes, en un clima sobrio y protocolar.
Michetti, fiel creyente, juró “por Dios y la Patria sobre los Santos Evangelios”. Lo hizo en tono moderado, con una mano sobre la Biblia y ante Federico Pinedo, presidente provisional del Senado. La ex senadora había sufrido un revés insólito en las horas previas al traspaso. La Cámara debía aprobar la renuncia a su banca para habilitar la jura como vice, pero la presentación no pudo ser aprobada por el fracaso de la sesión. Eso no fue un obstáculo para la toma de juramento.
Michetti se ubicó a la izquierda de Macri, a quien contempló con serenidad durante todo el discurso. “Estoy muy contenta. Fue un mensaje muy lindo, sobre todo un mensaje que tiene que ver con el encuentro, el poder unirnos los argentinos, tener el desafío de no estar enfrentados, y tratar de lograr que las ideas diversas sean riqueza y no conflicto”, manifestó cuando culminó la Asamblea.
Michetti lamentó la ausencia del grueso de los legisladores kirchneristas, que decidieron no asistir luego de los tironeos por el traspaso presidencial y el fallo judicial que determinó el fin del mandato de CFK a las 23.59 del miércoles. “Es una pena, porque nosotros queremos respetar las diferencias, una unión donde las diferencias nos enriquezcan a todos”, señaló.
Michetti no la tendrá fácil. Deberá lidiar con un Senado donde el FpV tendrá quórum propio y el PRO sólo cuatro legisladores netos. Pero eso no le importó al menos ayer. Desde uno de los balcones de Casa de Gobierno, micrófono en mano, la “dama amarilla” terminó cantando ante una multitud el “hit” macrista: No me arrepiento de este amor.