El favoritismo de Javier Milei por Donald Trump no es un secreto para nadie. Su entusiasmo por el líder norteamericano quedó registrado (y viralizado) cuando, al grito de “¡mister president!”, se abalanzó enérgicamente para estrechar la mano del magnate durante un encuentro en Washington en febrero de este año.
Ahora, y ante la posibilidad de que este martes Trump vuelva a quedar al mando de la primera potencia mundial, Milei evalúa viajar a Estados Unidos, y se entusiasma por lo que la cercanía con su amigo pueda significar en términos económicos y políticos para la Argentina.
A pesar de que Milei no ha declarado abiertamente su apoyo a Donald Trump durante esta campaña electoral, el Presidente argentino guarda la expectativa de que una victoria republicana aceite las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Recordemos que la intervención de Trump fue clave durante el gobierno de Macri para la habilitación del préstamo de 57 mil millones de dólares mediante un crédito Stand-By del FMI.
El no pronunciamiento abierto de Milei en esta ocasión responde a que, en cualquier caso, la gestión libertaria espera poder conservar el mejor vínculo posible con Estados Unidos. Una línea de política exterior que la gestión libertaria defiende a rajatabla, como lo demuestra la reciente salida de Diana Mondino de Relaciones Exteriores tras votar contra el bloqueo económico a Cuba, a pesar de ser la posición histórica Argentina, y que sólo dos países votaron a favor del bloqueo: Estados Unidos e Israel.
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Aunque desde el punto de vista económico pudiera parecer que hay diferencias sustanciales entre ambos líderes, ya que Trump defiende un nacionalismo proteccionista mientras que Milei aboga por un libre mercado sin intervención estatal, ambos son referentes de la extrema derecha global, junto a otros como Jair Bolsonaro, Giorgia Meloni y Viktor Orbán. Todos ellos se presentan como outsiders anti establishment y sostienen que libran una importante “batalla cultural” contra el feminismo, la agenda ecológica, la ideología de género y woke. Por lo tanto, un triunfo de Trump confirmaría un “clima de época” a favor de estas expresiones políticas, reforzando ideológicamente la posición de un Milei amenazado por una crisis social creciente.
La última vez que ambos mandatarios se cruzaron fue en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) realizada en Madrid, donde Milei reivindicó la gestión Trump y vaticinó una segunda presidencia del magnate estadounidense. En esa ocasión, Trump fue el orador principal.
Esta convención, que reúne a líderes de la extrema derecha mundial, ha sido celebrada en varios países para fomentar el desarrollo de estos movimientos. Bolsonaro tuvo su ocasión en Brasil en Julio de este año, y también hubo una conmemoración en Hungría, donde Viktor Orbán es primer ministro, y en España, presidida por VOX. Está previsto que el 4 de diciembre se celebre una nueva conferencia en Argentina, bajo Milei, y no se descarta que Donald Trump, al menos, envíe un saludo en por zoom, como se comprometió a hacer para la siguiente edición en Japón.
Si gana Trump este martes, Milei evalúa viajar por séptima vez a Estados Unidos para hacerse presente en Washington y participar de la ceremonia en el Capitolio. Aunque las encuestas están muy parejas y dentro del margen de error, los analistas observan que hubo una gran afluencia de inscripción para voto anticipado en los Estados de preferencia republicana, lo que podría indicar una tendencia a favor del ex presidente norteamericano.
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Durante su primer viaje a Estados Unidos como jefe de Estado, Milei despertó críticas porque se reunió con quienes son sus afines ideológicamente, pero no con representantes de la Casa Blanca. Otra de sus visitas fue a Elon Musk, quien se encuentra participando muy activamente de la campaña de Trump, impulsando al ex presidente entre los sectores jóvenes y más escépticos del electorado, a costa, incluso, de levantar ciertas susceptibilidades entre el ala más conservadora del Partido Republicano. Musk es otro entusiasta simpatizante de Milei, con los ojos puestos en las reservas de litio y la posibilidad de hacer grandes negocios en Argentina.
Tras aquel primer encuentro en febrero, Donald Trump fue recíproco con el afecto del presidente argentino. “En Argentina también hay MAGA. Hay un gran tipo, trumpista, yo lo amo porque él me ama”, declaró durante un acto a principios de marzo, cuando recién comenzaba su campaña presidencial y su rival era aún Joe Biden. Y aclaraba: “El MAGA de allí es diferente, es 'hagamos Argentina grande otra vez' (Make Argentina Great Again)”.
FM CP