Si bien el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ya aclaró que la coordinación de nueve ministerios que tendrá ahora a su cargo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, "no lo convierten en un superministro", a la práctica tendrá poder sobre las decisiones del resto de sus pares.
Esta mañana Dujovne recibió en su despacho a los ministros que quedaron bajo su órbita: Luis Caputo (Finanzas), Juan José Aranguren (Energía), Francisco Cabrera (Producción), Guillermo Dietrich (Transporte), Rogelio Frigerio (Interior), Jorge Triaca (Trabajo), Luis Miguel Etchevehere (Agroindustria), Andrés Ibarra (Modernización) y Gustavo Santos (Turismo).
Con ellos trató las estrategias que quiere implementar para apurar la reducción de déficit fiscal, una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional para conceder un préstamo con la Argentina. Precisamente, el ministro de Hacienda es quien lleva adelante las negociaciones con el organismo que conduce Christine Lagarde por lo que su nueva función se lee como una señal hacia la entidad.
Pero además, Dujovne tiene otros objetivos con su nueva función. Uno de ellos es controlar los presupuestos de los demás ministerios. Asimismo, intentará mantener algo de crecimiento este año (los pronósticos apuntan a que la expansión del PBI rondará el 2,5%, cifra que puede disminuir tras la crisis de estas semanas). Finalmente, buscará coordinar mejor con el Banco Central las políticas monetaria y fiscal para tratar de bajar la inflación.
Ayer, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, quiso transmitir una imagen de unidad al asegurar que con la designación de Dujovne "vamos a seguir trabajando en equipo y estaremos lo mejor coordinados posible". "Es absolutamente razonable y bienvenido, es el que coordina el presupuesto y es naturalmente la persona que tiene que estar en contacto con todos los ministros", indicó a la prensa tras su disertación en la jornada de Amcham.