En su columna de Radio Perfil, Edi Zunino se refirió al expresidente Fernando de la Rúa, que falleció este martes 9 de julio tras luchar contra una larga afección cardíaca, y evaluó el rol que la historia le asignará a su gestión, que quedó trunca el 20 de diciembre de 2001 tras el estallido de la crisis política, económica y social.
"Es muy difícil enfrentar la muerte. Nos pone solemnes la muerte. Nos obliga al ritual, a decir lo correcto atados a protocolos que no alcanzan. Claro, porque el muerto no es uno, porque hay alguien que ha sufrido el final en carne propia. Porque quedan deudos, que deben acostumbrarse a sufrir la ausencia luego de haber sufrido la agonía del ser querido", comenzó su editorial el director de Contenidos Digitales y Audiovisuales en Editorial Perfil.
"Ha muerto Fernando de la Rúa. Desde aquí vaya el más respetuoso pésame a su familia y a todos aquellos que lo quisieron de veras. Pero la muerte también nos pone temerosos, porque ya nos va a tocar, y porque el qué dirán puede dejarnos mal parados ante una palabra o una expresión considerada fuera de lugar. O sea que la muerte puede volvernos hipócritas y cínicos también", continuó.
Como ejemplo, Zunino propuso: "Vayan a Twitter y vean con sus propios ojos la catarata de cinismos que desató el fallecimiento de De la Rúa en la dirigencia política nacional". "Voy a rescatar como excepciones a la regla a Graciela Fernández Meijide y al ministro Hernán Lombardi, el único que acompañó a De la Rúa en aquel helicóptero tan significativo de una época", remarcó.
Macri y dirigentes políticos de distintos espacios lamentaron la muerte de De la Rúa
"Los hombres de Estado no mueren, pasan a la historia. Y a Fernando De la Rúa la historia no lo va a dejar bien parado. Descalabro económico, sospecha de leyes arregladas, estallido social, estado de sitio, represión, muertes, muchas muertes. Lo bueno de la historia es que no echa culpas personales. Lo importante de la historia son los procesos. A Fernando de la Rúa le tocó encabezar por el voto popular la etapa más crítica de una democracia débil, todavía casi vacía. Si hubiera fracasado él solo, la historia sería un cuentito de buenos y malos, casi un cuento de hadas. Murió De la Rúa, que en paz descanse. Nos seguimos debiendo una democracia profunda, vital y con sentido de progreso", concluyó.
FF