El miércoles, Paola se acomodó en primera fila de la sala de prensa del complejo de la AFA en Ezeiza. La acompañaban sus cuatro hijos. Estaba feliz por ver a su marido llegar al sillón por el que tanto habían trabajado: el de nuevo presidente de la AFA. Para muchos, Claudio “Chiqui” Tapia logró acomodarse en uno de los espacios de poder más codiciados gracias al parentesco que lo une con Hugo Moyano. El heredero de Julio Grondona está casado con María Isabel Paola, una de las hijas del poderoso líder camionero.
Como todo en la familia Moyano, lazos sanguíneos y políticos se traducen en jugosos espacios de poder y de dinero que el líder sindical supo construir en las últimas décadas. Pablo es el heredero sindical de Moyano y junto a Paola, Karina y Emiliano, quien falleció en 2011, son hijos de la primera mujer de Hugo, Olga. La cara más conocida y amable de la familia es Facundo, el diputado del Frente Renovador, quien es fruto de la relación no reconocida que Moyano mantuvo oculta durante varios años en Mar de Plata. Con su actual mujer, Liliana, Hugo tiene a su hijo más pequeño, Jerónimo.
Tapia, quien ya escalaba posiciones en el sindicato de Camioneros, llegó en los noventa a una fiesta familiar de los Moyano de la mano de su entonces amigo Pablo. Allí conoció a Paola. La relación fue creciendo rápidamente y, con la venia del patriarca, se casaron y tuvieron cuatro hijos: Emiliano, Nadia, Matías e Iván.
En familia. Como la mayoría de los hijos, parientes políticos y amigos que cuentan con la aprobación de Hugo, Paola figura en el holding familiar que factura millones bajo el ala del poderoso sindicato de Camioneros. En 2008 Moyano compró Juncal Compañía de Seguros, que bautizó como Caminos Protegidos SA, para ofrecer los servicios de seguro de transporte, de vida y ART a un público cautivo: los miles de empleados del sindicato. Según los registros comerciales, en el directorio figuran Pablo como vicepresidente y Paola, como directora suplente.
Los beneficios de ser la hija de Hugo no terminan ahí. Paola trabaja en relación de dependencia en Iarai SA, otra de las empresas familiares, manejada por la actual pareja del camionero, Liliana Zulet, y que está nombre de su hija Valeria Salerno. La firma, más conocida como Conducir Salud, es la gerenciadora de la obra social de los camioneros, que maneja la cobertura de los más de 200 mil afiliados del sindicato.
“Chiqui” siempre su ufanó de la “banca” que tuvo de parte de Hugo. Ese apoyo fue creciendo al punto que provocó encontronazos entre Pablo y Paola. En la pulseada, pareció imponerse el hermano varón y así, Tapia armó, paciente, su nicho de poder desde el humilde Barracas Central.
Esta semana, quedó demostrado cuánto Hugo bancó a su yerno, al que considera como un hijo más. Ayer mismo, volvió a defenderlo y desafió a “todos aquellos que denigran a un barrendero” al frente de la AFA. “Vamos a demostrar que los trabajadores son capaces de hacer esto y mucho más”, arremetió.
Cuando PERFIL le preguntó si lo subestiman, Hugo respondió: “Creo que sí. Vamos a demostrar que un trabajador tiene la capacidad y la honestidad suficiente para llevar adelante instituciones como ésta”.
“No quedaba otra que el paro”
“Hace un año y pico que se están reclamando cosas y no hay respuesta, evidentemente no quedaba otra salida”, declaró ayer Hugo Moyano. Consultado por declaraciones del Presidente en las que defendía el rumbo económico, dijo: “Ojalá no se equivoque, pero los resultados todavía no se ven”. Luego, en una evidente referencia a quienes acusan intenciones desestabilizadoras en las medidas de la CGT, señaló que: “Nadie, nadie puede dudar” de que fueron “los laburantes” quienes defendieron la democracia “porque cuando muchos estaban escondidos debajo de la cama, en la época de los milicos” ellos estaban “en la calle peleando”. Aclaró que ello no impide que tengan “el derecho a ejercer lo que establece la Constitución”. Con esa afirmación cerró el tema, y volvió a su pasión: Independiente y la AFA.