Para unos es destructiva. Para otros, estratega. Y para casi todos, difícil de comprender. Elisa Carrió decidió tensar al máximo posible la cuerda dentro de UNEN, pero no piensa en romper. La tensión, sin embargo, no sólo está lejos de disiparse, sino que ahora se le suma un nuevo capítulo: la postura en torno a Sergio Massa, a quien la diputada no duda en vincular a un “Estado narco”.
Ese es uno de los motivos principales por los que Carrió repite su intención de sumar a Mauricio Macri a una interna amplia. Sin embargo, dentro de el Frente Amplio UNEN hay sectores que no tienen la misma visión de Massa. De hecho, ayer PERFIL difundió las conversaciones que el ex intendente de Tigre mantiene con candidatos a gobernador del radicalismo en por lo menos seis provincias.
—¿Escuchó que hay radicales que negocian con Massa?
—Sí, y es obvio, pero eso es problema del radicalismo. No mío. A la estrategia nacional no la afecta Massa. Massa es ir al Estado narco. Por lo menos tiene relación con el narco, ya lo denuncié por el caso Fondo Blanco.
Carrió se refiere a un expediente de una investigación por narcotráfico en 2013 donde en un allanamiento se encontró una carta donde uno de los involucrados escribió que “el alcalde de Tigre había avisado sobre un expediente judicial y un posible allanamiento”. En contra de sus planteos, esta semana se concretó el pase de un grupo de dirigentes de la Coalición Cívica bonaerense al massismo. Frente a lo cual, Carrió responde con sarcasmo:
—Me encanta. Estoy chocha. Mientras más se limpie, más va a crecer esto. Nosotros en la provincia ya tenemos un partido paralelo, con el Toty Flores y Marcela Campagnoli (hermana del fiscal)
—Pero Walter Martello, uno de los dirigentes que se pasaron, creció con usted.
—No, no creció conmigo. Mi único hijo, que me traicionó y me dolió, tiene nombre y apellido, y es Adrián Pérez (el año pasado se fue con Massa). Es el único que si se arrepiente y quiere volver lo perdonaría.
Desde Mendoza, donde hoy se mostrará con el resto de los candidatos presidenciales de UNEN –excepto Pino Solanas, que no viajó por temas de salud–, Carrió habla con PERFIL mientras camina por la calle y saluda a la gente. “Soy una atracción turística, todos me quieren”, se ríe. Se pone seria y vuelve a la carga con el acuerdo con Macri.
—Hay que entender que ésta es una estrategia para evitar que se consolide el narco-Estado. Hay momentos en los que una Nación sufre por anomia. Requiere de orden, y ese orden no es ideológico, es constitucional. Lo que ordena la anomia es la ley. Por eso hay que unir a un grupo de dirigentes que esté dispuesto a sostener la Constitución y la ley.
—Pero usted a Macri lo denunció por violar la ley, ¿puede formar ese grupo igual?
—Y lo seguiré denunciando. Pero Macri no va a ganar la interna, la que va a ganar soy yo. Quiero que sea una interna de la que participen todos, Sanz, Binner, Cobos, y también Pino. A fin de año se va a ver. Hay cosas que hay que hacerlas desde antes. Es lo que me pide la gente.
Carrió lo sabe: el acercamiento a Macri genera ruido incluso en su propia fuerza. “Puedo ser procuradora general de Macri”, bromea en una charla informal. No lo dice en público, pero se imagina en un rol en la Justicia o en un organismo de control en un gobierno que no sea del PJ. Con el micrófono encendido se contiene: “No me importan los destinos personales”.
—¿No cree que la polémica en torno a Macri puede terminar dañando a UNEN?
—Hay que pagar los costos, hay que hacer política. El que toma decisiones mirando las encuestas no hace política. Yo pago costos, otros políticos no. Mucha gente mira sólo la foto y no ve el proceso.
No fue una semana fácil para Carrió. En una entrevista televisiva se emocionó ante las cámaras. Y sus seguidores más leales se mostraron preocupados por cuidarla. Aseguran que después del desplante a Pino habló con muchos dirigentes de UNEN, incluso algunos que luego salieron en público a criticarla. “Ya está, estoy bárbara. Una abre el corazón, saca la lastimadura y cierra las heridas”, confiesa. Ayer desayunó con Binner y luego se junto con Sanz. No va a romper UNEN, pero va a seguir tirando de la cuerda.
—UNEN empezó a crecer hoy. Estamos en el 24% y mañana (por hoy) ya vamos a estar todos juntos acá en Mendoza. Lo que tuvimos es una crisis de crecimiento. A veces hay que podar para crecer.
—¿Esa poda implica que alguien se tiene que ir?
—No, yo quiero la unidad nacional. Y yo no me voy a ir nunca de UNEN.