Milagro Sala fue trasladada de regreso al penal de Alto Comedero, donde estuvo detenida más de un año y medio. El juez Pullen Llermanos, quien la investiga en las causas por tentativa de homicidio y lesiones gravísimas, dispuso el sábado quitarle el beneficio del arresto domiciliario del que gozaba desde el 31 de agosto, ya que el viernes se negó a cumplir con una revisión médica prevista en el hospital Pablo Soria.
La dirigente de la Tupac Amaru también responsabilizó por su situación al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y al presidente Mauricio Macri, mientras el equipo de abogados defensores trabajaba este fin de semana para presentar nuevos planteos el martes contra la decisión del juez Pablo Pullén Llermanos que envió a la dirigente de nuevo al penal de mujeres del barrio Alto Comedero.
Desde ese establecimiento penitenciario, en una comunicación telefónica, Sala dijo esta mañana que el operativo de traslado del sábado "fue algo muy asqueroso". "Me llegaron a sacar en pijamas y en chancletas", se quejó Sala en diálogo con radio Diez.
La militante pidió "respetar la decisión de la CIDH" Comisión Interamericana de Derechos Humanos que en una medida cautelar emitida meses atrás tras una presentación del Centro de Estudios Legales y Sociales y los abogados de Sala aconsejó su arresto domiciliario y control electrónico.
A tono con las declaraciones que hicieron ayer sus abogados defensores, Sala responsabilizó por lo que le pueda "pasar" al "Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, Gerardo Morales y a (el presidente Mauricio) Macri". Asimismo, a una semana de las elecciones, pidió que "los militantes vayan a las urnas, y cuando vayan a votar, voten con el corazón. No voten porque les dan mercadería o una heladera".