El pretigioso semanario "The Economist" volvió a cargar sus tintas contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, luego de que el Senado, con el voto de Julio Cobos, rechazó el proyecto oficial de retenciones móviles, en un día histórico. Bajo el título "Perdiendo amigos rápido", la revista sostiene que Cristina sufre un "doloroso golpe a su credibilidad".
" Asumir que su vicepresidente, Julio Cobos, demostraría más lealtad a ella que la que tuvo con los radicales parece haber sido un acto de orgullo casi suicida”, afirma la publicación, que califica a Néstor Kirchner como "el combativo esposo" de la presidenta, cuya imágen positiva "se desplomó".
Esta no es la primera vez que The Economist carga contra el gobierno de los Kirchner. El 1 de mayo, le dedicó una página criticando a Cristina por haber tenido una respuesta "reveladoramente autoritaria e impropia de un político" ante los reclamos del campo. Y ya en marzo, había deslizado una comparación entre la economía brasileña y argentina, que generó la ira del Presidente del Banco Central, Martín Redrado. A estos señalamientos también se sumaron los de diarios como The New York Times y Financial Times .
Esta vez, el semanario habló del trágico desenlace (para el Gobierno) del conflicto con el campo, durante el cual criticó con dureza la postura intrasigente de los Kirchner en reiterados números. En su edición impresa de ayer, jueves, asegura que Cristina claramente subestimó las presiones de las provincias del interior a los diputados de su partido y añade que " la impactante derrota de la Señora Fernández termina con el aura de invencibilidad que heredo de su marido, que ganó una serie de batallas políticas durante su gestión".
El semanario económico traza una serie de posibles salida a la crisis política que vive Cristina y su gobierno. Para recuperar popularidad, “podría reducir ella misma las retenciones, antes de que la Corte lo haga”, además de “arreglar el índice de inflación oficial, que su marido manipuló” y “reemplazar algunos de los flexibles ministros que heredó del Sr. Kirchner”, enumera el artículo.
La nota termina de manera profética: “La Sra. Fernández tiene tres años y medio de gestión por delante, y es demasiado temprano para escribir su obituario político. Pero si falla en aprender de sus errores, ella podría terminar como uno de los fracasos más grandes en la historia reciente de la democracia”.