Que de nuevo Buenos Aires se haya convertido en esta semana tan determinante en el punto de encuentro de millares de personas no debería tener nada de malo, no tendría que ser necesariamente un síntoma preocupante, toda vez que estamos acostumbrados a pensar que la Argentina -tras haber recuperado la normalidad democrática, hace ya casi 25 años- sigue drenando una necesidad de participación.
La pregunta que quiero proponerles, en todo caso, a pocas horas de que el campo y el Gobierno congreguen a dos respectivas muchedumbres, es si –efectivamente- lo que estamos viendo es participación en ambas partes, si esto que hoy en día escenifica a la Argentina es una auténtica gesta en pro de la democracia o, en cambio, lo que estamos viendo es, sencillamente, un simulacro.
(Escuche el podcast completo en el blog de Pepe Eliaschev )